¿Cuánto es suficiente?Muestra

¿Cuánto da Dios?

Correcto, solo quedan dos días más en este Plan bíblico. Hasta ahora has aprendido a centrarte en lo mucho que recibes y a empezar a pensar en cuánto puedes dar a los demás. Has aprendido a ser sabio y a hacer un plan sobre cómo vas a usar el dinero. Y has aprendido que ningún regalo es demasiado pequeño.

Pero, sobre todo, es importante entender que cualquiera que siga a Jesús se supone que es generoso, porque estamos siguiendo el ejemplo de Dios.

Para entender realmente lo generoso que es Dios, solo tenemos que mirar la Navidad. Puede que no sea Navidad mientras lees este Plan bíblico. ¡Podría ser a mediados de julio! Pero, ahora mismo, piensa en la Navidad. ¿Qué nos dio Dios en la primera Navidad? ¡Bueno, pues todo!

Debido a la vida plena de Jesús, vemos lo mucho que Dios nos ama. ¿Y cuánto das? Todo. Porque (revisemos), ¿cuánto da Dios? Así es. ¡Todo! Te ama tanto que te da todo lo que necesitas. En respuesta a este amor, no retenemos nada. Vivimos para Dios y lo amamos con todo lo que somos y todo lo que tenemos.

Jesús es llamado nuestro Maravilloso Consejero. Es el Dios Poderoso. Es el Príncipe de Paz. ¡Y Él es el Padre Eterno! Llegó a ser uno de nosotros. Lo dio todo cuando murió en la cruz y resucitó para que cualquiera que crea en Él, sea justificado ante Dios para siempre. Es un regalo que nadie puede pagar. ¡Y es gratis! Es un regalo que nos pide que seamos generosos con los demás de la misma manera.

Pregúntate: ¿Cómo puedo empezar a vivir más plenamente mostrando que todo lo que tengo y todo lo que hago pertenece a Dios?

Desafíate: Toma una hoja de papel y un lápiz o bolígrafo. Escribe tus cinco cosas favoritas. Pueden ser objetos físicos (como una bicicleta, una tablet, una mascota) o pueden ser pasatiempos o acciones (como bailar, cantar o dibujar). Luego, pasa algún tiempo descubriendo cómo dar esas cosas como ofrenda a Dios. Ejemplo: Mi bicicleta. ¡Le daré gracias a Dios por haberme dado piernas que pueden pedalear y un corazón que puede disfrutar de estar en su mundo mientras manejo mi bicicleta!

Ora: Dios, gracias por todo. Sí, todo. Porque todo lo que has creado es bueno. Y confío en que estás trabajando para ayudarme con las cosas difíciles. ¡Gracias por Jesús y por darnos todo lo que necesitamos hoy, y todo lo que necesitamos para una eternidad contigo! En el nombre de Jesús, amén.