Sin límitesMuestra
¡No hay que morirse, hombre!”
En el año 2010 la selección española se proclamó campeona del mundo de fútbol. Todos reconocieron que no fue solamente la victoria, sino la manera de jugar lo que «conquistó» el corazón de todos. Pero ese querer el balón siempre y combinar una y otra vez hasta encontrar la jugada perfecta había sido el objetivo del juego del F.C. Barcelona en los últimos veinte años. Carles Rexach, primero jugador y después entrenador, reconocía en una entrevista a El País que fueron Michels y Johan Cruyff los que lo cambiaron todo: «El Barcelona de mi infancia jugaba muy bien, pero más tarde llegó un fútbol oscuro, triste, físico. Sin imaginación alguna, era correr y correr, y si no corrías no jugabas. Yo me cansé de oír eso de sudar la camiseta, pelear... «Hay que morir por la camiseta», nos decían. Y yo pensaba: «Oiga, yo lo que quiero es jugar y pasármelo bien, ¡no me quiero morir, que tengo veinte años, hombre!» Al fútbol se juega de pie, cuanto menos te ensucies mejor, señal de que has podido jugar más y te has podido pasar la pelota... No es necesario ni morder, ni morir, ni otras chorradas».
La imaginación y la creación son la clave, y no solo en el mundo del fútbol, porque ambas son un regalo de Dios. Es curioso que lo primero que la Biblia nos dice de Dios es que él es creador. ¿Recuerdas como comienza?: «En el principio creó Dios...». Dios crea para disfrutar y para que sus criaturas disfruten con él.
Dios expresó parte de su imaginación en un mundo absolutamente impresio-
cosas buenas y bellas. Dios actúa para expresar amor, gracia y belleza. En la descripción de la Creación (en el primer capítulo de Génesis) Dios va mostrando cómo fue formando todo lo que vemos; e incluso en el versículo catorce, como si fuera un pequeño añadido sin importancia, dice que también creó las estrellas.
Los millones de galaxias y cuerpos estelares que el hombre aún no ha podido ni siquiera calibrar, Dios los hizo en un momento, en un abrir y cerrar de ojos. Dios dejó escrito que el sol es para alumbrar de día, la luna de noche... ¿pero las estrellas? Simplemente para expresar belleza, para enamorarnos, para iluminar y guiar caminos. Ese es el carácter de nuestro Padre.
Porque él nos hizo a nosotros también: miles de millones de personas completamente diferentes por dentro y por fuera. ¡Cada uno de nosotros somos únicos! Ante ese derroche de creatividad, podemos reaccionar de dos maneras: algunos lo niegan y defienden que somos producto del azar. La consecuencia es la soledad y la tristeza. Si rechazamos a Dios, podemos ser lo que queramos, pero siempre viviremos sabiendo que un día vamos a morir y ahí se acaba todo.
Pero si nos volvemos al Creador encontramos la razón por la que fuimos creados: vivimos en nuestro estado natural; el amor, el placer, la alegría, el entusiasmo, la gracia... ¡Comenzamos a disfrutar de la vida! Nos entusiasmamos con nuestra familia, con los amigos, con la comida, el deporte, el juego, ¡con cientos de cosas más! ¡No hay que morirse, hombre! Hay que vivir una vida abundante y creativa. Una vida como la de nuestro Padre.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este es un libro devocionales para todo el año, con lecturas especializadas en la acción, los retos, el desempeño y la emoción del deporte actual. Encontrarás: Una guía de lectura bíblica diaria, la historia de un deportista o equipo deportivo destacado a nivel mundial, una frase clave para reflexionar, y una oración sugerida para enfocar el espíritu en la obra del Señor.
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Nos gustaría agradecer a Our Daily Bread por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://nuestropandiario.org