¡Reedifiquemos!Muestra

Las puertas…

Ya identificamos la primera puerta, y que hayas podido comprender su importancia. Observemos ahora nuestra siguiente puerta; pero esto sin descuidar la primera. Se trata de que podamos reedificar todas las puertas y al mismo tiempo levantar el muro de protección de ellas. 

Continuemos y miremos ahora la segunda puerta:

#2 La Puerta del Pescado

Esta puerta fue usada por los pescadores al traer su labor del día. Y representa nuestro servicio. Dios nos llama a salvación, pero también a servicio. Muchos al entrar por la puerta de salvación se sientan placenteramente a disfrutar del servicio que otros ofrecen. Se vuelven simples espectadores dentro de la casa de Dios y nunca llegan a comprometerse en el servicio a Él. El oprobio nos ha alcanzado por gente que no ha aprendido a servir.

Bien lo dice el dicho, que quien no sirve, pues no sirve.

Jesús el hijo de Dios, nos dio más que catedra en el servicio; siendo igual a Dios, no vino a ser servido, sino que vino a servir.

El servicio a Dios no sólo genera una gran satisfacción, sino que genera abundantes frutos en nuestra vida y una hermosa respuesta de Dios en nuestras oraciones.

Jesús, al comenzar su ministerio llamó a gente común; recaudadores de impuestos, médicos, pescadores y hasta revolucionarios de la época. No hizo distinciones al elegir y tampoco hizo distinciones en sus palabras; a todos Jesús les dijo: "Ven sígueme". La respuesta de todos estos hombres fue, dejarlo todo y seguirle para servirle. Y su servicio no fue ofrecido como una forma de recibir algo a cambio. Ellos sirvieron por amor. El amor a Dios nos impulsa, nos conmueve, nos acelera en el servicio y no se hace pesado, ni extenso; se hace breve por que el amor disuelve el tiempo. Así como dice la Escritura que sirvió Jacob por Raquel siete años y aun siendo estafado por el padre de Raquel, quien en vez de entregarle a Raquel le dio a su otra hija Lea, Jacob sirvió siete años más por ella pareciéndole poco, sólo porque le amaba.

Si deseas en verdad deseas que el oprobio sea quitado de sobre la Iglesia y quieres puertas de bendición abiertas en tu vida; examina tu servicio a Dios en los últimos días, meses o años. Y si hoy reconoces que solo estas sentado como espectador en la casa de Dios. Te invito a que hoy tomes la decisión de servir y hacerlo por amor.

¿Qué excusa has estado usando para no comprometerte? ¿Cuál es tu excusa para no servir? ¿O cuál es tu verdadera motivación cuando sirves?

Levantemos la puerta del pescado hoy, y pongámosle cerraduras y cerrojos para que la falta de servicio no vuelva a destruirla.