¡Reedifiquemos!Muestra
Las Puertas...
Vamos no te canses ahora, que ya vamos a la mitad del muro y estamos avanzando; hemos llegado a nuestra sexta puerta…
#6 La Puerta de la Fuente
Esta puerta representa la presencia del Espíritu Santo. Nos habla del fluir del Espíritu Santo, que llega precisamente cuando hemos sido limpios. Reedificar la puerta del muladar, nos brinda la esperanza de que a pesar del tiempo que estamos viviendo, aun podemos ser testigos de un gran avivamiento y de grandes manifestaciones del poder del Espíritu de Dios. No podemos alcanzar la plenitud, sin estar llenos del Espíritu Santo.
Dado a que el Espíritu Santo es la fuente, si no tenemos ese acceso a recibir la cantidad suficiente de ella poco a poco y día a día todo en nuestra vida se secara. Hoy somos testigos de una Iglesia que ya no busca la fuente, por lo cual se ha secado el fluir del poder de Dios; ha dejado de ser manifiesto por lo cual muchos se burlan de la iglesia. Una Iglesia que habla de un poder que no se puede ver. Necesitamos la fuente que ahogará el oprobio y nos dará vida.
La Palabra nos enseña que cuando Agar, la sierva de Sara estuvo vagando por el desierto se le acabo el agua de su odre. Ella pensaba que era solo cuestión de tiempo para ver morir a su hijo y morir ella también. Coloco su hijo debajo de un arbusto y se fue lejos para no ver la muerte del muchacho. Sin embargo, el muchacho lloro y Dios oyó la voz del muchacho. En seguida Dios hablo a Agar: "Agar abre los ojos" y frente a ella pudo ver una fuente de agua. La fuente siempre estuvo allí.
El tiempo en el desierto nos hace acostumbrarnos al desierto, tanto que ya no prestamos atención a la fuente. Tenemos que restaurar La Puerta de la Fuente, abriendo nuestros ojos y acudiendo a la fuente. No fue hasta que Agar llenó su odre, que pudo darle agua su muchacho.
No podremos dar agua a nadie, no podremos ser de bendición y vida, si no estamos llenos del Espíritu de Dios.
Acerca de este Plan
Estamos viviendo tiempos de oprobio. Las circunstancias que estamos viviendo hoy, no son muy diferentes a las que enfrentó Nehemías. Si Dios amaba a Jerusalem, ¿por qué estaba su muro caído y sus puertas quemadas? Si era la ciudad Santa, ¿por qué estaba en oprobio? Aunque hoy parezca que está todo arruinado ¿que tal si reedificamos y desechamos el oprobio?
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Tabernáculo de Evangelización por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/pastoraglendalizamador