Un hombre conforme al corazón de Dios.

Por Danny Saavedra

“¿Acaso no dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David, y de Belén, el pueblo de donde era David?” (Juan 7:42 NVI).

Imagina que te dan a elegir entre dos regalos. Te dicen que dentro de uno de los regalos hay $100, en el otro, sólo hay $1. Uno está envuelto con un decorado hermoso mientras que el otro es simple. ¿Cuál elegirías? Probablemente la mayoría elegiría el más lindo, pensando que los $100 estarían allí. 

En la Biblia leemos de un hombre llamado David. En ese tiempo, la nación de Israel no tenía un rey y la gente quería uno. Era como si en nuestro país no hubiera presidente. Dios les dio al rey Saúl, quien después se apartó de Dios. 

Es ahí cuando Dios manda un hombre llamado Samuel para buscar un nuevo rey. Cuando Samuel llegó a la casa de Isaí, creyó que el Señor había escogido al hijo mayor y más fuerte de Isaí para ser rey. En su lugar, el Señor eligió al hijo menor, David, que estaba cuidando las ovejas. 

Dios escogió a David a pesar de que él no parecía tan alto y guapo como sus hermanos mayores. A Dios no le importó que David no pareciera un rey fuerte. Mas bien, Dios lo escogió porque sabía que David lo amaba con todo su corazón y le obedecía. 

Tal como Dios, nunca debemos juzgar un regalo, una persona o cualquier otra cosa por lo que parece en el exterior. ¡Lo que realmente importa es lo que está adentro!