Posturas de Adviento: un devocional diario de NavidadEjemplo

La esperanza es algo curioso. Es fácil tenerla hasta que la perdemos; fácil de aferrarse a ella hasta que algo sale mal. Es una palabra que adorna nuestros devocionales de oración y la decoración en nuestras paredes. Es tan usual en nuestra cultura que quizás hayamos perdido su poder.

Hebreos 6:19 nos dice que la esperanza que tenemos a través del Hijo de Dios, Jesús, es un ancla para nuestras almas.

Al igual que un ancla que mantiene a un barco de pesca en su lugar durante una tormenta, también es la esperanza de Cristo cuando el mundo que nos rodea está moviéndose bajo nuestros pies. Cuando ya no tenemos las respuestas. Cuando estemos listos para rendirnos.

Al igual que David cuando su propio hijo se dispuso a derrocarlo o como María cuando se conmovió por la noticia de que llevaría al hijo de Dios en su vientre, estamos invitados a un fervor santo un fervor al Dios que nos promete esperanza verdadera y duradera cuando el mundo parece desmoronarse. Como un ancla, la esperanza que tenemos a través de Cristo es firme, presente e inquebrantable.

Reflexión:

• ¿Cómo puedes hacer que la esperanza de Cristo deje de ser una idea agradable y simple a un salvavidas visible en tiempos de confusión y problemas?
• ¿Qué actitud del corazón estás llevando a cabo en esta temporada navideña que están interfiriendo con tu capacidad de tener esperanza?
• ¿En qué otro lugar de las Escrituras se te recuerda que debes permanecer firme en tu esperanza y mantener tu mirada hacia su esperanza firme y duradera?

Aférrate a la esperanza de Dios hoy, y deja que sea un ancla para tu alma.