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Obediencia

Juan 14.21

21 Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.

Obedecer a Dios es la mayor manifestación de amor que podemos demostrar. Jesucristo se entregó en obediencia por amor a cada uno de nosotros. Decir que amamos a Dios no es suficiente; hay que demostrarlo, y la manera de hacerlo según su Palabra es obedeciendo. Esto implica que lo primero que debemos entregar es nuestra mente, a la que categorizamos como el corazón, pues es allí donde se libran grandes batallas. El enemigo de las almas constantemente susurra a nuestro oído que no tenemos que estar todo el tiempo atados a la palabra y sus decretos. Que Dios entiende que tenemos mucho que hacer… que Dios sabe que estamos pasando por muchas situaciones… que Dios comprende que no podemos estar siempre leyendo la Biblia ni orando… esa batalla está en nuestra mente. Por lo tanto, callar la voz que nos susurra no tienes que hacerlo e imponer la voluntad de Dios por encima de lo que nuestra carne desea es obediencia. Aferrarnos al Señor en todo tiempo, aceptar su voluntad, caminar por el camino que Él trazó… es obediencia. Dios no tiene límites así que la vida que vivimos junto a Él es plena. Nada nos falta porque en Jesús lo tenemos todo. 

Pero, para saber lo que el Señor espera que hagamos, debemos tener intimidad con Él, buscarlo en oración, leer su Palabra y meditar en esta. Una verdadera relación se basa en la comunicación, y con Dios no es la excepción... debemos hablar con Él y aprender a escuchar su voz. La intención del corazón de Dios es que nos acerquemos a Él, porque Él está con los brazos extendidos para amarnos.

¿Cómo puedes obedecer a Dios?

Oración por obediencia

Señor Jesús, el mejor ejemplo de obediencia eres tú al entregar tu vida y seguir el mandato del Padre. Por tu amor y misericordia es que estamos aquí, por lo que queremos honrarte obedeciendo tus mandamientos y estatutos. Ayúdanos a ser como tú, en el nombre de Jesús Amén.

  

Llamado a la acción:

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