El valor terapéutico del perdónMuestra
El perdón es la única salida constructiva, terapéutica y efectiva a la ofensa o agravio recibido. Optar por el perdón es la decisión más sabia ante una ofensa o agravio recibido, pues el perdón crea el espacio para ocuparse de las heridas emocionales. El perdón favorece la cicatrización de la herida emocional.
Al negarnos a perdonar nos quedamos amarrados al pasado, a la situación de agravio que vivimos y a nuestro ofensor. En esas condiciones no hay posibilidad de soltar las ofensas y de sanar las heridas emocionales. El perdón también nos libera de actitudes disfuncionales como la auto-compasión, la resignación, la victimización, el mal humor, las inseguridades y el descontento por la vida. Cuando nos negamos a perdonar nos quedamos anclados a la amargura, el enojo, la ira y otras manifestaciones tóxicas (Efesios 4:31-32).
El perdón influye favorablemente en nuestra salud psicológica, física y espiritual. Desde la perspectiva psicológica, el perdón es un ejercicio terapéutico hacia uno mismo. El perdón es liberador.
Por otra parte, el perdón devuelve el control a la persona, al poner la responsabilidad de soltar, cambiar, sanar, crecer en la propia persona, y no en el ofensor. El perdón nos devuelve el control de nuestra vida al permitirnos responsabilizarnos por nuestras emociones, acciones y circunstancias. De esta manera el poder para sanar y cambiar queda en nosotros.
Al respecto comenta el Dr. Dick Tibbits: “Cuando perdonas al agresor, asumes la responsabilidad por tu respuesta a la ofensa (no a la ofensa en sí); de esa manera también asumes la responsabilidad por tu vida. Tus acciones, no las del otro, definen lo que eres. Debes decidir no darle a otro el derecho de definir quién eres. Mientras no tengas la responsabilidad por las acciones dañinas de otra persona, tienes la responsabilidad por lo que hagas después que alguien te dañe. Tienes la responsabilidad por tu vida, y lo que haces en respuesta al daño determinará la persona que llegues a ser”. Cuando perdonamos, pues, le arrebatamos al ofensor y a la situación de agravio que vivimos, el poder para controlarnos y lastimarnos. En ese sentido, el perdón es un regalo llamado libertad que nos damos a nosotros mismos.
Escrituras
Acerca de este Plan
El perdón es tal vez la doctrina más fundamental de la Biblia. Es también una de las enseñanzas más reiteradas en la palabra de Dios. El perdón no es un concepto superficial, ni una simple práctica religiosa, ni una mera reflexión ética y filosófica, ni tampoco una técnica terapéutica. Es mucho más que la sumatoria de esas perspectivas, y toca y compromete lo más hondo e íntimo del ser humano.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/