Abrumada por mis bendiciones (Parte 3)Muestra
¿Espejos o luces?
Cuando tienes varios hijos tienes la oportunidad de comenzar de nuevo, gracias a Dios. Nuestros pobres hijos mayores tenían una madre que se enfocaba en modificar el comportamiento y enseñarles todo lo que no debían hacer. Ingenuamente creía que, si les enseñaba las cosas correctas y lo decía con suficiente frecuencia, no elegirían hacer cosas incorrectas. Que loco, ahora lo sé.
Estaba criando a mis hijos para que fueran como yo. Espejos, reflejando lo que pensaba que era correcto. No salió bien, ya que rechazaron las reglas y restricciones que traté de implementar para una vida "correcta". Lo peor fue que mi corazón estaba lleno de orgullo. Pensé que sabía todas las cosas correctas que hacer y decir, si tan solo me escucharan.
Dios usó a mis hijos para hacer una obra en mi corazón. A través de los conflictos, comencé a ver que una vida de libertad no se encuentra en lo que no hacemos. Ese es un espíritu de religiosidad. Una vida de libertad se trata de quién es Él en nosotros: una relación viva.
A medida que mi relación con Cristo se enfocó más en Quién es Él y quién soy yo en Él, también cambió mi enfoque al educar a mis hijos.
A partir de este cambio de corazón, aprendí a no centrarme en todos los pecados aterradores en los que podrían caer: pornografía, drogas, alcohol, palabrotas, engaños, promiscuidad sexual, etc. Más bien, hablamos sobre las consecuencias de vivir en deliberada independencia de Dios, el pecado dañaría esa relación, el gozo y la libertad que provienen de nuestra relación amorosa con el Dios vivo.
El cambiar de perspectiva me trajo también alivio y libertad en la crianza. Me di cuenta que no tenía la imposible responsabilidad de criar niños espejos, brillantes y de buen comportamiento. En cambio, mi llamado era dirigirlos hacia una relación personal con el dador de Vida. Seguir a Jesús era su elección, no algo que yo pudiera controlar, sin importar cuánto lo intentara. Fue arriesgado vivir con fe en Dios y no en mí misma.
Cuando le entregué a Él a mis hijos, hubo obstáculos en el camino mientras ellos trabajaban en su propia fe. Pero tengo buenas noticias para ustedes: cada uno de mis hijos ha elegido ser luz para Jesús, no espejos que reflejan a su mamá.
Si te identificas con estas palabras, te animo a que muestres a tus hijos el amor y la libertad que se obtiene al conocer a Jesús íntimamente, y la mejor manera es vivirlo en tu propia vida. Eventualmente tus hijos querrán esa relación para ellos.
Si no tuviste la oportunidad de hacer cambios en tu crianza al pasar los años, nunca es demasiado tarde para disculparte con tus hijos mayores por lo que no sabías. Tu humildad y vulnerabilidad podrían abrir la puerta a algunas conversaciones sanadoras.
Padre, admito que esto es algo difícil de considerar para mí. No quiero que mis hijos pasen por cosas difíciles, especialmente algunas de las cosas que elegí cuando era más joven. Oro para que me des sabiduría para saber qué límites establecer, pero sobre todo por sabiduría para demostrar tu amor y tu vida a mis hijos. Oro para que te elijan y oro para que mi ejemplo refleje tu gloria. Que pueda criar Portadores de Luz y no espejos que me reflejen.
Acerca de este Plan
Ánimo para madres, de una mamá que crió a sus 7 hijos y vivió para contarlo. Esta es la parte 3 en esta serie de 12 devocionales por Robin Meadows. ¡Gracias a Juanitta Fernández Pastor por esta traducción!
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Nos gustaría agradecer a Robin Meadows por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://instagram.com/manymeadows