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¡Amén! ¡Amén! ¡Amén! Muestra

¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!

DÍA 4 DE 5

  

Día 4: No le temas a la pared

En dos ocasiones en mi vida, por distintas circunstancias, me ha tocado manejar por carreteras, que al transitarlas siento, literalmente, que voy subiendo por una pared. ¿A usted le ha ocurrido algo así? Son carreteras que tienen una inclinación tan recta, que dan esa sensación. Y cuando uno va por ellas, por lo menos en mi caso, llega un punto dónde me da, por un momento, una sensación de miedo, siento que el vehículo se va a ir para atrás. La sensación no es agradable. Pero cuando logramos llegar al final, la sensación cambia. Entonces te sientes como si hubieras conquistado el Everest. Sientes que triunfaste. Sientes que puedes lograr todo. Sientes que no hay obstáculos para ti... Así mismo ocurre en la vida. 

En ciertas circunstancias sientes que vas a subir una pared, por lo difícil y complicado del momento. Temes que todo puede irse para atrás, con resultados devastadores para tu vida. Llega el momento que te quedas sin fuerzas para continuar... piensas en quedarte ahí y no proseguir. Pero sabes, eso no es cierto. Aunque lo experimentes, no es cierto. Tú sí tienes fuerzas para proseguir, porque tu fuerza no proviene de ti, no proviene de lo que te rodea, no proviene de tus circunstancias, no proviene de las personas que te rodean, no proviene de esas personas que no están y que tal vez hayas pensado que si estuvieran en tu vida todo sería diferente... eso es falso. Tu fuerza proviene de Dios. Él es la fuente de vida. Él es tu origen. Él es tu Diseñador. Él es tu Creador. Él es tu Padre. 

Salmos 18:32 dice: "Es él quien me arma de valor y endereza mi camino;" De Él proviene tu gozo, solo de Él.

“Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso" (Jeremías 15:16).

Claro, el enemigo pondrá en tu mente pensamientos incorrectos para que te detengas ante esa pared. Pero con Dios tú saltarás los muros. Con Dios derribarás ejércitos. Salmos 18:29 dice: "Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré asaltar murallas". Si confías, Él adiestrará tus manos para la batalla... Salmos 18:34 dice: "adiestras mis manos para la batalla, y mis brazos para tensar arcos de bronce". Pero la clave está en tener fe en Él. Hebreos 10:38 dice: “Pero mi justo vivirá por fe..." Con la fe mueves montañas. Con la fe en Dios puedes lograr todo aquello que sea para tu bien. Hebreos 11:1 dice: "Ahora bien, la fe es la garantía de lo que no se ve".

En tu vida no puede haber cabida para el temor. Cuando te enfrentas a algo "grande", es normal que sientas temor, pero debe ser cosa de segundos, porque rápido debes recordar que mayor es el que está contigo que el que está en el mundo. 1 Juan 4:4 dice: "Ustedes queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo". Y, por lo tanto, renuevas tus fuerzas en Él y sigue hacia adelante para conquistar esa pared y no temerle. El temor paraliza. No permitas eso. Agárrate de Dios y camina, conquista esa pared, saborea la sensación de triunfo y de victoria que está esperándote en la cima.

¡Amén! ¡Amén! ¡Amén! 

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!

Este plan tiene como fin que, tomando las promesas que Dios nos da por medio de su Palabra, aprendamos a declarar las cosas que no son como si fueran.En cada reflexión se utilizan anécdotas o situaciones que ocurren en el diario vivir.

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Nos gustaría agradecer a Noemí Rivera por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/Noem%C3%AD-Rivera-114271376612480