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Crece en integridad

Nuestro pastor Andrés Spyker cuenta con frecuencia que su abuelito dejó a su abuelita cuando su papá tenía 13 años y el enorme trauma que esto causó en su papá y en sus tíos. Al principio de su matrimonio con Kelly, lo atormentaba pensar que podría hacerle lo mismo a su esposa. El enemigo quería hacerle creer que esa acción “era de familia”. Pero Dios empezó a sanar su identidad y le recordó la verdad, que Dios estaba haciendo algo nuevo.

Debemos creer en la identidad que Dios tiene para nosotros. Y una parte de ella es que crezcamos en integridad.

Se podría decir que la descripción más concreta de integridad es “ser completo”. Significa que no hay fisuras, que no hay un espacio entre lo que digo y lo que hago, ni en lo que aparento en público y lo que soy en privado.

Tal vez esa descripción se te hace muy alejada de tu realidad, pero recuerda que el Espíritu de Dios vive en ti y Él es íntegro. Pídesela.

La integridad es un proceso, nadie nace siendo íntegro. Creces en integridad con tus acciones, cuando lo que enseñas es lo mismo que haces.

Somos seres humanos y habrán veces en que flaqueemos en nuestra integridad. Si te descubres haciendo algo que es contrario a lo que crees, detente, reconoce que te equivocaste y pide perdón. Querer ocultarlo y justificarlo no ayudará en tu proceso. Si hay un área en tu vida que estás ocultando, sé honesto y transparente.

Parte importante de ser íntegro es cumplir con lo que prometes. Tu palabra es importante.

Hoy analízate, ¿qué puedes hacer para crecer en integridad? ¿En qué área de tu vida te hace falta? ¿En qué área de tu vida no estás yendo con los ideales de Dios?

Oración

Dios, reconozco que a veces mi integridad falla, pero a partir de hoy abro mi corazón y te abro las puertas de todas las áreas de mi vida para que actúes en ellas. Gracias porque tu Espíritu Santo está sobre mí y me ayuda en todos mis procesos. En el nombre de Jesús, amén.