La piedad: La Verdadera ReligiónMuestra

“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. I Timoteo 6:3-6

La ganancia de la piedad

Pablo le expresó a Timoteo que algunos maestros, inflados por su propia importancia, habían sustituido la sana doctrina por enseñanzas controversiales y, además, utilizaban la piedad como fuente de ganancia. Esa es otra característica de los que hacen mal uso de la palabra de Dios. Su interés hacia las cosas de Dios no está totalmente centrado en darle la gloria al Señor, sino que están motivados por el deseo de lucro y ganancia.

Lamentablemente, hoy en día, como en los tiempos de los apóstoles, algunas personas presentan el evangelio sobre la base de lo que se ganará al seguir a Jesús: éxito personal, prosperidad y, felicidad, una vida más segura y cómoda, exenta de problemas. Pero aun cuando estos resultados puedan acompañar a los creyentes, la Biblia no dice que estamos exentos de dificultades. En todo caso, eso no da pie para comercializar el evangelio como un producto que arreglará todos los problemas de la vida.

Jesús nos alertó sobre las circunstancias de aflicción que pudieran acompañar al creyente a causa de su vocación y llamado de fe. Este tipo de evangelio alejando de la sana doctrina no es real y produce creyentes débiles y poco preparados para enfrentar tiempos de dificultad. 

“Sin ignorar las bendiciones de seguir a Cristo, debemos proclamar la necesidad de seguir a Jesús porque él es Dios, y le debemos todo como nuestro Creador. Lo que es correcto delante de Dios, y lo que lo glorifica, es más importante que cualquier beneficio que podamos obtener” (Enduring Word).

La verdadera ganancia de la piedad

Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento. “La palabra utilizada aquí como contentamiento es autarkeia, y se refiere a un estado de ánimo que era totalmente independiente de todas las cosas externas, y que contenía el secreto de la felicidad en sí misma. El contentamiento nunca viene de la posesión de cosas externas” (Barclay). 

Pablo dijo. “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:11-13