La piedad: La Verdadera ReligiónMuestra

La Piedad está referida a una vida de verdadera devoción a Dios

Ser piadoso significa ser devoto, vale decir, dar espacio y tiempo a lo divin. Eso incluye la exhortación de no dar lugar al pecado. La persona piadosa es aquella que tiene un corazón sensible y ganado para Dios; que toma a Dios en serio, que le ama y camina con la decisión de tenerle como Señor de su vida; y por extensión se orienta al amor y compasión hacia el prójimo. La persona piadosa en una persona temerosa de Dios y que practica la obediencia a Él. Sin temor de Dios no hay piedad.

Somos llamados a vivir piad: ”Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas (referidas en I Timoteo 6:4-10), y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (I Timoteo 6:11).

Ser piadoso es un estilo de vida regido por los principios de la palabra de Dios, en el cual la práctica del amor y la santidad son ejes centrales en la vida espiritual. El énfasis de la piedad es hacia la vida práctica. 

Por otra parte, "La doctrina que es conforme a la piedad" (1 Timoteo 6:3), es la dotrina puesta en acción, vivida, practicada. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la DOCTRINA que es conforme a la PIEDAD, no está en la sana doctrina. La doctrina de la piedad es la sana doctrina. Si convertimos las verdades en objeto de estudio, antes que objeto de experiencia, entonces estamos errando el camino.

En tal caso, la persona puede estar envanecida (engreída, actúa con arrogancia), nada sabe (sólo habla por hablar sin base Escritural; se cree sabia y se enorgullece de lo que sabe, pero, en realidad, no sabe nada), delira (está obsesionada, imagina), se ha vuelto contenciosa (todo lo debate), pleitea (nada le sirve), blasfema (se ha convertido en una persona escarnecedora), corrupta de entendimiento (tiene el entendimiento entenebrecido), y están privadas de la verdad y predican para provecho propio (como fuente de ganancia), porque no le importan las almas, sino su propio provecho.