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Capítulo 7: la súplica de un padre

Décimo discurso del padre al hijo

Este es el décimo y último discurso que el padre dirige a su hijo, y es el más apasionado de todos. El padre está de manos y rodillas rogándole a su hijo que viva con sabiduría (y que escape de la trampa de la adúltera) sin importar el esfuerzo necesario. Mira las palabras de acción usadas en los versículos 1-5. os 1-5. Todas ellas requieren una energía y una devoción extremas: "guardar", "atesorar", "mantener", "atar", "escribir", "decir", "llamar".

Por lo general, no encontramos narraciones en el libro de Proverbios, pero en los versículos 6-20 el padre usa una historia para mostrar su punto de vista. Le cuenta a su hijo una oscura historia sobre un joven de mente simple que se ve envuelto en las garras de la adúltera. El discurso de la mujer (versículos 14-20) está lleno de seducción mientras muestra su "descarado rostro". Ella promete una "cama perfumada" y "sábanas de colores". El joven deja que la adúltera infle su ego y baja la guardia, y en el versículo 22 se rinde ante su seducción. El padre lo compara con un buey, un ciervo y un pájaro, ya que estos son tres animales que pueden ser completamente sometidos a dominación.

Esta narración intensa se detiene abruptamente en el versículo 23, cuando el padre se vuelve hacia todos sus hijos y hace esta súplica final (24-27): “Escuchen. A. Mis. Palabras", dice, "¡Eviten a esa mujer!". La casa de la adúltera es una tumba disfrazada, o como él dice, es: "Un camino a la tumba, conduce a las cámaras de la muerte".

Esta historia tiene como intención hablarnos mas allá de nuestro intelecto; también apela a nuestra imaginación y resuena en nuestro corazón. El padre busca tener un impacto duradero. Presta atención a su efecto general en ti.