Vencer la frustraciónMuestra

Frustración y esperanza

Iniciar la Fundación Héroe no fue tarea fácil. Estaba estudiando coaching cuando sentí que Dios me guiaba a dejar mi trabajo para dedicarme a algo completamente nuevo. Decidí obedecer y, junto a mis hermanas, empezamos a perfilar el trabajo que realizaríamos, creando esta fundación para apoyar a niños y jóvenes. Era un monstruo gigante al cual no sabíamos cómo enfrentar. Poco a poco, el Señor nos fue mostrando el camino. Ya habíamos logrado contactar a personas relacionadas con fundaciones y organismos sin fines de lucro, y estábamos completamente enfocadas en todo lo necesario para iniciar los trámites legales de constitución, cuando el Gobierno determinó entrar en cuarentena por el Covid-19.

¡Qué sensación más frustrante! Ver que por fin teníamos todo y, sin embargo, ¡no podíamos avanzar! Como dice la Palabra del Señor: “Observé todo lo que ocurría bajo el sol, y a decir verdad, nada tiene sentido, es como perseguir el viento”. Realmente, nada tenía sentido. Si Dios nos había llamado a esto, ¿por qué parecía que ahora nos abandonaba? ¿Qué podíamos hacer encerradas? El dinero se nos iba y, ¿qué hacer? Pues confiar en que los planes del Señor son mejores que los nuestros. 

Los inicios prometedores y vientos favorables no son garantía de que en todo nos irá bien. La verdad es que ninguno de nosotros sabe lo que traerá el futuro, nada está asegurado. Como todo en esta vida, los tiempos favorables así como las dificultades son temporales. Y cuando las cosas se tornan difíciles y complicadas, es la fe la que nos mantiene con esperanza. ¿Esperanza de qué? De que a través de las dificultades, Dios está afirmando nuestro carácter, desarrollando nuestra constancia, de modo que estemos listos para cualquier circunstancia (Santiago 1: 2 – 4). Mientras luchamos por comprender esta verdad, necesitamos pedirle al Señor que nos ayude a mantener un corazón alegre que produzca en nosotros una actitud positiva frente a las situaciones que estemos viviendo. El carácter alegre es bueno para la salud; la tristeza, el temor y la fatalidad son agotadores. 

 A lo largo de estos meses, el obrar de Dios nos dio esperanza en medio de la frustración. “Pues el verdadero pan de Dios es el que desciende del cielo y da vida al mundo”. De pronto, entendimos que el encierro fue más bien una llave que nos abrió ¡las fronteras! Empezamos a hacer sesiones virtuales, alcanzando a muchos niños a los que no hubiéramos podido llegar de otra manera. Estamos ayudando a niños en Bolivia - así como de Estados Unidos, Colombia y México - a superar las circunstancias difíciles, brindándoles herramientas para ser líderes de sus propias vidas.

El miedo es una respuesta natural ante el cambio, no obstante los cambios son necesarios para el crecimiento y no podemos dejar que nos frustren. Tenemos que modificar en nuestra mente el concepto de “problemas” por “desafíos”, los cuales superaremos gracias al espíritu de poder, amor y autodisciplina que Dios ha otorgado a cada uno (2 Timoteo 1: 7).

Renata Brañez
Valiosa, Ministerio de mujeres - Jazôn