Vencer la frustraciónMuestra

¡No desaproveches tu vida!

Durante la cuarentena por la pandemia, me tocó enfrentar uno de los momentos más difíciles de mi vida, una tía muy querida partió a causa del Covid-19. Cuando la internamos, la cara de los médicos reflejaba que las chances de que sobreviviera eran mínimas. ¡Qué impotencia y frustración! 

Por el protocolo aplicado en estos casos, partió estando sola físicamente, pero espiritualmente, tenía al más grande a su lado, aquel que nunca nos suelta, mucho menos en los momentos más difíciles. Jesús cuida de nosotros hasta en los valles más oscuros. Este suceso me llevó a preguntarme acerca del plan de Dios. ¿Sería posible que todas nuestras oraciones y nuestros mayores esfuerzos por salvar su vida fueran impedidos de alguna manera? ¿Acaso no hicimos lo suficiente? ¿Tendríamos que haber llegado más temprano? 

La verdad es que, al inicio de este año, nadie imaginaba que pasaríamos por una situación tan difícil para el mundo entero. Si hay algo que ha quedado demostrado con esta pandemia es que nadie sabe lo que pasará en el futuro, ¡sólo Dios lo sabe! No podemos dar por hecho que tendremos un mañana, nuestra vida en la Tierra es temporal. La Palabra nos dice que es como neblina que se desvanece con el amanecer, esta vida terrenal es tan sólo un abrir y cerrar de ojos.

¿Debo temer a la muerte? Pensar en esto es muy frustrante para muchos. Escuché a alguien decir: “lo que cuenta no es cómo o cuándo moriremos; lo que realmente cuenta es lo que haremos hasta ese día”. Lo que sea que quieras hacer de tu vida, ¡hazlo ya! No podemos dejarnos sumergir en la desesperanza y el dolor, la vida en este mundo es breve y debemos hacer que cada día que Dios nos regala valga la pena. Podemos confiar en que todo en esta vida, sea bueno o malo, es para su gloria. En los momentos más duros, Dios se fortalece en nuestra debilidad, nos regala su paz que bate toda adversidad y nos hace comprender un poco más lo incomprensible.

Los que confiamos en el Señor, vamos a pasar una gloriosa eternidad a su lado. A algunos les tocará partir temprano y a otros más tarde, pero todos partiremos al minuto y segundo que Él determinó y su plan siempre es perfecto. 

Hoy, siento la tristeza de la pérdida, pero de una forma diferente, porque la paz y la alegría de tener al Señor en mi corazón mitiga toda tristeza. Confío plenamente que Dios rescata a los de espíritu destrozado y les ayuda a recuperar aliento.

Oswaldo Riveros
Club de la pelea, Ministerio de varones - Jazôn