Las preeminencias del amor ágapeMuestra
El amor practica la sinceridad
“El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad”. Del griego adikia que significa maldad e iniquidad. El amor, por el contrario, practica la justicia. Literalmente, no se complace de la injusticia contra la verdad, no se agrada de la maldad; se goza cuando la verdad prevalece frente al error. Esta dispuesto a buscar lo mejor para otros, y se niega a poner las cosas contra otros. En vez de ello, el amor se goza de la verdad.
El amor no practica la malicia, ni se alegra con la desdicha de otros. Quien es motivado por el amor no miente, no engaña, no oculta nada, no le teme a la verdad. El que ama vive con transparencia; no tiene nada que ocultar. No esconde ni encubre la verdad. El verdadero amor vive con integridad, practica la honestidad. El amor busca la verdad y actúa conforme a ella.
El que ama se expresa sólo de lo que sabe que es verdad. No compromete a los demás con falsos testimonios.
La verdad trae bienestar y provecho; congruencia personal. Por el contrario, la falsedad – la mentira, el engaño – destruye nuestra integridad, y acarrea la pérdida de la confianza en las relaciones. Una relación de amor conlleva la práctica de la verdad, como requisito para mantener sano el amor y la relación.
El verdadero amor demanda una orientación activa a practicar la verdad.
Escrituras
Acerca de este Plan
El amor es una decisión expresada en acciones, más que un sentimiento. Es un acto deliberado e intencionado. El amor ágape llega a ser una resolución que requiere intencionalidad y convicción, como consecuencia de asumirlo como un principio de vida. Tiene que ver más con lo que se hace que con lo que se siente. 1 Corintios 13 lo presenta con un conjunto de características o cualidades que le definen.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://vidaefectiva.com/