Las preeminencias del amor ágapeMuestra
El amor es generoso y humilde
“El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso”. Del griego Perpereúomal que significa jactancioso, que describe a una persona que le gusta alabarse a sí misma, que es envanecida e inflada, que presume de sus habilidades o logros y que refleja orgullo; y Zeloo que significa tener el sentimiento o calor por o en contra de (celar, envidiar), haciendo referencia a una persona celosa en exceso, que desea desmedidamente las cosas a tal punto que llega a codiciar lo que otros tienen. Pero el amor es todo lo contrario; el amor no es fanfarrón, ni envidioso.
El amor no se jacta ni engríe ni enaltece; no se envanece, ni tiene vanagloria, ni es arrogante, ni es orgulloso. El amor es modesto. El amor no presume ni busca reconocimiento. Renuncia a la auto-exaltación. No compite; no ataca ni minimiza los logros ni las habilidades de los demás; por lo tanto, no busca controlar o manipular, porque el amor se enfoca en superar la envidia. El amor, por el contrario, se alegra del éxito, la prosperidad y el bien de las otras personas.
Ahora, la generosidad no sólo debe ser vista en términos de dar dinero en favor de otros; la generosidad es una actitud que arropa toda la vida de la persona. Se es generoso, en el sentido bíblico, no sólo cuando se comparte el dinero, sino la vida misma completa: talentos y habilidades, oportunidades, tiempo, etc.
El amor está orientado más en dar que recibir; en elogiar y reconocer a la otra persona, lo cual indica que no está centrado en sí mismo, por eso se puede gozar en el éxito de la persona amada. El amor está impregnado de profunda generosidad.
Quien ama no trata de humillar ni avergonzar a otros para sobresalir. El que ama no tiene de sí mayor estima que la que debe tener (Romanos 12:3; Filipenses 2:3). No se considerará mejor o superior a la persona amada, sino que se expresa con humildad. El que es humilde reconoce el aporte con que otros han enriquecido su vida con sus acciones y enseñanzas.
Escrituras
Acerca de este Plan
El amor es una decisión expresada en acciones, más que un sentimiento. Es un acto deliberado e intencionado. El amor ágape llega a ser una resolución que requiere intencionalidad y convicción, como consecuencia de asumirlo como un principio de vida. Tiene que ver más con lo que se hace que con lo que se siente. 1 Corintios 13 lo presenta con un conjunto de características o cualidades que le definen.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://vidaefectiva.com/