¿Para qué trabajar con otros, si solo puedo hacerlo a mi manera?

Ese fue mi pensamiento por muchos años. Pensaba que no era necesario apoyarme en quienes me rodeaban, hasta que me encontré con el verso que acompaña a esta lectura. A propósito de Hechos 4:32, ¿te has dado cuenta de la similitud entre la iglesia y Star Wars?

Hablar de Star Wars es sinónimo de Luke, Leia, Palpatine, Yoda, Han Solo Chewbacca y muchos más.

Debo ser sincero, vi Star Wars por primera vez a los 28 años. Creía que no era tan interesante o que estaba dirigida a personas que sabían de sables láser y galaxias lejanas. Entré al cine junto a mi esposa sin saber mucho de eso y fue muy evidente que esa película estaba conectada con la fe.

En Star Wars, el mundo está dividido en el lado de La Fuerza y El Lado Oscuro. 

Muchos no creen que La Fuerza existe realmente, pues han pasado por situaciones muy difíciles que les ha hecho dudar e incluso, abandonar la fe. El Lado Oscuro es muy seductor, pues te ofrece poder, riquezas, reconocimiento, autoridad (¿te acuerdas cuando a Jesús le tentaron y le ofrecieron exactamente lo mismo?).

En medio de esto, están los Jedis, aquellos maestros que procuran luchar contra el mal y ayudar a otros a encontrar el camino hacia La Fuerza. Procuran ser coherentes en su forma de pensar, sentir y hacer, además de cultivar la sabiduría.

Algo que me di cuenta después de ver las tres trilogías (¡sí, me enganché!) es que cada vez que alguien quiere luchar contra el Lado Oscuro por su cuenta, le va mal. Resulta que incluso en otras galaxias, es necesario trabajar en equipo.

El éxito no depende de la habilidad de uno, sino de la fortaleza de muchos.

Los planes funcionan únicamente cuando todos están conectados

y con un mismo objetivo, entendiendo que no hay rol mayor o menor, y que todos somos importantes en el equipo, sea que apretemos un tornillo, dirijamos un escuadrón o cuidemos a alguien más. 

El verso bíblico que leíste hoy es clave para nosotros. Nos recuerda que la comunidad necesita tener un solo corazón, que significa estar conectados con los demás. Tener un mismo pensamiento no significa que seamos como los Stormtroopers que solo siguen instrucciones de su líder, sino que aún en nuestras diferencias, sepamos buscar un mismo objetivo. 

La iglesia como comunidad tiene los mismos desafíos que aquellos que luchaban contra el Lado Oscuro: mantenerse unidos, no dejarse seducir por el poder y las mentiras, y recordar que aunque las cosas se compliquen, aún tenemos una esperanza por la cual luchar.

La reflexión de hoy en video