No te afanesEjemplo

El Padre de misericordias y consolación 

2 Corintios 1:3-5 dice: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación». 

Pablo enseña que en medio de sus aflicciones se le reveló el Padre de misericordias. Cuando hablamos del Padre, subconscientemente viene a la mente la imagen paterna terrenal y sin importar como fue tu papá, en medio de la situación que pasas necesitas comprender que Dios, el Padre, tiene diferentes facetas para relacionarse con nosotros. En la dificultad necesitas entender que él es el Padre de misericordias. Él se presenta de varias maneras, pero en la aflicción necesitamos conocerlo como el Padre de misericordias. 

También en las dificultades se revela el Dios de toda consolación. No sé cuál es tu problema, pero sí sé del Dios de toda consolación. La consolación que necesitas y requieres está en el Padre de misericordias y de toda consolación. 

Pablo aprendió que las aflicciones eran parte de la vida y no fue ajeno a eso, aunque nunca fueron el producto de su irresponsabilidad. Hay situaciones en la vida de sufrimiento por irresponsabilidad, por el efecto de lo que hacemos. En el caso de Pablo, las aflicciones que narra que pasó en Cristo, fueron el resultado de obedecer un llamado en su vida. Este hombre pasa por una serie de circunstancias que no las produjo él, de hecho, no tenía el control ni podía cambiarlas.

Las aflicciones de la vida no necesariamente son el resultado de algo que hiciste. En ocasiones hay padres angustiados porque los hijos pasan por situaciones o se revelan, y las personas creen que es por una mala crianza, pero es porque los hijos toman decisiones y es algo ajeno a ti. Si eres ajeno a la circunstancia, con mayor razón el Padre de toda consolación, producirá paz en tu corazón. Pero si fuiste el causante, corrige y en medio de eso, conocerás al Padre de toda consolación. 

Dios no te librará de todas las situaciones, pero sí te consolará. No nos libra de forma inmediata pero sí salimos con la frente en alto.