[Serie Realidades del nuevo pacto] Parte 1 Muestra

La mente natural  

En Éxodo 4:5 vemos que no creían en el mensaje sino en lo que veían. Las señales eran la única manera en que entendían la existencia de Dios, por los sentidos naturales porque son carne. No conocían ni tenían el Espíritu y, por tal motivo, no podían discernirlo. La mente natural no percibe las cosas del Espíritu porque le son locura. 

En el nuevo pacto, lo que nos hace evidente la realidad de Cristo no es algo que escuchan mis oídos ni palpan mis manos sino es la voz de su Espíritu que habla y asevera que somos hijos de Dios, ese es el testimonio más grande. El testimonio más grande que puede tener un hijo de Dios no es algo que se ve, sino que es algo que el Espíritu da testimonio en mi espíritu, es el testimonio eterno. Observamos que en Éxodo 4:8 no creían en la voz que mandó Dios. Hay personas que no es que no crean sino que no quieren. Es una decisión personal y una condición del corazón. 

Lo que hizo Moisés fue pensar en las cosas que hacían imposible lo que Dios dijo (Éxodo 4:9-10). Así es como opera la mente natural, vemos las imposibilidades que hace posible la Palabra. La mente natural está en contra de lo que la Palabra atestigua. No operamos en la mente natural, por eso se nos dio la mente Cristo. La mente natural nos limita y declara que es imposible la realización de la tarea de Dios. Cuando entendemos y vislumbramos lo que Dios diseñó para sus hijos en la tierra, nos asusta y decimos «es imposible, soy torpe de lengua y pecador», sacamos lo que podemos decir porque pensamos que no podemos. 

Dios necesita que nosotros, sus hijos, operemos con la vara de nuestra asignación. Dios desea utilizar nuestra vida en lo que hacemos. Si Dios lo hizo con una vara, seguramente puede hacerlo con aquello que realizas en tu trabajo. Dios puede utilizar lo que realizas en tu asignación para ser un instrumento de justicia. 

Vemos que en Éxodo 4:20, Moisés toma la vara de Dios. Tus recursos se convierten en los de Dios. ¿Qué es lo que Dios tiene? Lo que tú tienes. Los recursos divinos en la tierra son sus hijos. Eso es suficiente para poder lograr el objetivo divino. 

Reflexionemos

Eres parte del recurso divino en la tierra. Disponte para que Dios logre el objetivo divino contigo también.