[Serie Confiado] Confiado: Cosas que sabemosMuestra

Sabemos que el mal tiene una fuente

Después de decirnos que no debemos pecar, la Biblia también nos promete que el maligno no tocará a los hijos de Dios. ¿Quién es el maligno? ¿Es el diablo? ¿Él es real? Muchos cristianos piensan que el diablo es solo un cuento de hadas que a la gente se le ocurrió. Cuando escuchamos el nombre de «Satanás», vemos un traje rojo o un demonio en el hombro que aparece en los dibujos animados de los niños. Es importante saber que el diablo es real.

Hoy en día, vemos tanta tragedia sucediendo a nuestro alrededor que cada persona en la sociedad contemporánea cree que hay maldad en el mundo. Cuando sucede algo horrible, un ataque terrorista o un tiroteo masivo, las personas que ni siquiera creen en Dios declaran que tal acto es malo. Sin embargo, ¿es el mal una ambigüedad sin forma que flota en algún lugar del universo? ¿O hay una fuente de maldad? La verdad es que nuestra sociedad tiene miedo de conectar el mal a su fuente en el ámbito espiritual.

En otras palabras, las personas solo quieren conectar el mal con una solución. Cada persona, independientemente de sus creencias religiosas, reconoce que el mal existe. Sin embargo, nuestra sociedad quiere resolver el problema del mal de una manera humanista. Algunos dicen: «Sí, hay atrocidades en este mundo. El mal existe. Pero podemos solucionarlo con más educación». Otros argumentan: «La gente necesita más dinero, entonces dejarán de cometer actos malvados». Algunas personas incluso sugieren que, si todas las personas se unieran, eso se encargaría del mal. Si bien necesitamos soluciones terrenales para eventos atroces, primero necesitamos conectar el mal con su fuente espiritual.

A la gente no le gusta reconocer que hay una fuente de maldad porque eso significa que el mundo espiritual es real. Entonces, los seres humanos no tienen el control. Si realmente hay un ser malvado, entonces hay un Dios. Eso también significa que las personas necesitan a Dios en sus vidas para tener victoria sobre el maligno. Algunas personas no quieren aceptar esta verdad porque implica la rendición. La Biblia, sin embargo, nos dice que no luchamos contra carne y sangre. Tenemos un adversario espiritual. Hacemos guerra contra las fuerzas y los gobernantes de la oscuridad. No tenemos el control y no podemos vencer al diablo de una manera humanista. Necesitamos la armadura espiritual completa de Dios para ganar esta batalla. La buena noticia es que Cristo derrotó a Satanás en la cruz. Podemos recibir el poder de Dios diariamente para vencer el pecado y el mal en nuestras vidas.