Coronavirus y CristoMuestra
Dios está mostrando la atrocidad moral del pecado
Con la crisis del coronavirus, así como con todas las demás calamidades, Dios le está dando al mundo una representación física de la atrocidad moral y la fealdad espiritual del pecado que menosprecia a Dios.
La realidad es que el pecado es la razón por la que existe toda miseria física. El tercer capítulo de la Biblia describe la entrada del pecado al mundo, y muestra que el pecado es el origen de la devastación global y de la miseria (Gn 3:1-19). Pablo lo resumió en Romanos 5:12: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron”.
El mundo se echó a perder desde ese entonces. Toda su belleza está entretejida con desastres, enfermedades, frustraciones y toda clase de males. Dios lo había creado perfecto. “Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno” (Gn 1:31). Pero desde que la humanidad cayó en pecado y hasta el día de hoy, la historia, con todas sus maravillas, es solo una cinta transportadora de cadáveres.
La Biblia no ve este quebrantamiento del mundo como algo meramente natural, sino como el juicio de Dios sobre un mundo impregnado de pecado. […] Dios tiene un plan asombroso para una nueva creación, donde “Él les enjugará toda lágrima de los ojos” (Ap 21:4). Pero, por ahora, todos estamos bajo Su juicio. Él ha sujetado al mundo a la muerte, al desastre y a la miseria.
Sin embargo, incluso Sus propios hijos —los que Él “predestinó para ser adoptados” (Ef 1:5), que han sido redimidos por la sangre de Su Hijo (Ef 1:7) y llamados para vida eterna (Ef 1:18)— sufrimos y morimos debido al juicio de Dios en la Caída. “Nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo” (Ro 8:23). Los cristianos son arrastrados por tsunamis. Los cristianos mueren en ataques terroristas. Los cristianos se contagian de coronavirus.
Purificación, no castigo
La diferencia para los cristianos —aquellos que tenemos a Cristo como nuestro mayor tesoro— es que no experimentamos esta corrupción como una condenación. “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús” (Ro 8:1). El dolor para nosotros es purificador, no es un castigo, porque “Dios no nos destinó a sufrir el castigo” (1Ts 5:9). Morimos por enfermedades y desastres, igual que el resto de los seres humanos. Pero para los que estamos en Cristo, el “aguijón” de la muerte fue quitado (1Co 15:55). “Morir es ganancia” (Fil 1:21). Partir es “estar con Cristo” (Fil 1:23).
Escrituras
Acerca de este Plan
En la actualidad se percibe la fragilidad de este mundo. No vale la pena poner tu esperanza en algo tan frágil como la probabilidad. Hay una mejor opción: una Roca segura en lugar de la arena de las probabilidades. Este contenido proviene del libro escrito por John Piper a finales de marzo del 2020, luego de que se declarara el inicio de la pandemia conocida como el coronavirus, o COVID-19.
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Nos gustaría agradecer a Poiema Publicaciones por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.poiema.co