Dios está desarraigando para alcanzar las naciones

Por medio del coronavirus, Dios está desarraigando a cristianos establecidos en todo el mundo con el fin de liberarlos para algo nuevo y radical: para enviarlos con el evangelio de Cristo a los pueblos del mundo que aún no han sido alcanzados.

Tal vez parezca extraño conectar el coronavirus con las misiones porque ahora mismo está impidiendo los viajes, la migración y el avance misionero. Pero no estoy pensando en el futuro inmediato. Dios ha usado el sufrimiento y la agitación en la historia para mover a Su iglesia hacia donde debe ir. Lo que sugiero es que Él lo hará de nuevo como parte del impacto a largo plazo del coronavirus.

Considera, por ejemplo, cómo Dios sacó a Su pueblo de Jerusalén y los envió como misioneros a Judea y a Samaria. Jesús había ordenado a Sus discípulos que llevaran el evangelio a todo el mundo, incluyendo a “Jerusalén… toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch 1:8). Pero en la época que relata Hechos 8, parece que la misión se había estancado en Jerusalén.

¿Qué fue necesario para hacer que la iglesia se moviera hacia las misiones? La muerte de Esteban y la gran persecución que vino después. Tan pronto como Esteban murió como mártir (Hch 7:60), se desató esta persecución:

Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén, y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria... Los que se habían dispersado predicaban la palabra por dondequiera que iban (Hch 8:1-4).

Así es como Dios hizo que l, gente se moviera: con martirio y persecución. Finalmente, “Judea y Samaria” estaban escuchando el evangelio. Los caminos de Dios no son nuestros caminos; pero Su misión se cumplirá con toda seguridad. Jesús lo dijo y Su palabra no puede fallar. “Edificaré Mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella” (Mt 16:18). “Y este evangelio del Reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones” (Mt 24:14). No dice que “tal vez se predique”. Dice que “se predicará”.

Tal vez pensemos que esta crisis del coronavirus es un estorbo para las misiones mundiales. Yo lo dudo. Con frecuencia, los caminos de Dios incluyen aparentes contratiempos que resultan en grandes avances.