Cómo hice lo que hiceMuestra
Mi nombre es Luis Quinelli, fundador y CEO de Sion, una empresa de telecomunicaciones que provee internet de banda ancha desde 1995.
Yo era hacker, cuando internet aún no existía. Me convertí a los 18 años de edad, y cuando fui a la iglesia, el Espíritu Santo habló a mi conciencia, y me dijo: “No está bien lo que estás haciendo”. Y me pregunté en medio de esa situación: “¿Qué hago con todo esto que conozco?” Allí comencé “Sion”, un servicio online para conectar gente, y como no tenía dinero para hacer publicidad, oré de la siguiente forma:
“Dios, esto es tuyo. Ayúdame a hacer publicidad, quiero aparecer en la televisión, en la radio, en los periódicos… En el nombre de Jesús, Amén”.
Dios empezó a obrar, pues me conectó con un conductor de TV y radio muy famoso en Argentina. ¡La publicidad me salió gratis! La evolución fue tan veloz que decidí dejar mis estudios y contratar al decano de la universidad en la que estudiaba, entre una serie de decisiones arriesgadas que tomé ante la explosión de internet en el país y el crecimiento de mi empresa.
Quisiera compartir 7 principios que me han servido para fundar una compañía como Sion.
Primero, seguir caminando tiene un alto valor estratégico. En la crisis del 2001, cuando todo explotó por los aires dije: “Señor, yo sigo creyendo en ti, y voy a seguir caminando”. El hecho de que no me haya detenido en tiempos de extrema crisis me ha permitido mantenerme cuando muchos habían desaparecido de la escena. Da un paso más. No te detengas.
Segundo, estamos en la batalla de la fe; el que cree gana, el que se cansa pierde. En tiempos de desafíos, la fe es un elemento esencial. Si Dios te trajo hasta aquí, es porque quiere llevarte aun más lejos.
Tercero, tu primer equipo de trabajo es tu familia. La familia no solo viene a ser un resplado, sino es parte del emprendimiento. Comparte con ellos lo que te sucede y busca su respaldo.
Cuarto, la batalla de la mente. A nivel personal, el tiempo más importante de mi jornada es la lectura bíblica en mi devocional matutino. Hago un reset diario incorporando los principios correctos en mi mente.
Quinto, el éxito es una suma de fracasos. Si has fracasado alguna vez, eso no significa que tu vida haya terminado. La clave es levantarte de nuevo, y seguir caminando.
Sexto, el que es flexible no se rompe. Hay veces en que las cosas cambian fuera de lo planeado, y en ese momento debes ser flexible. Cambiar para continuar hacia tu próxima etapa, si no corres el riesgo de perder todo.
Séptimo, no sé todo, pero sé a quién preguntarle lo que no sé. La rueda ya está inventada. Consulta a los que saben.
Finalmente, un último pensamiento.
Nosotros hacemos lo ordinario, pero Dios hace lo extraordinario.
Trabaja mucho, pero dale al Señor el primer lugar en tu vida, porque él es quien hará lo extraordinario, lo milagroso, lo importante en tu proyecto.
Escrituras
Acerca de este Plan
En un mundo donde la corrupción es moneda corriente, los empresarios cristianos sostenemos que la integridad tiene un alto valor. Consideramos nuestro ámbito de trabajo como una herramienta relevante para hacer que los principios del Reino desciendan al ámbito terrenal. Este mundo agobiado necesita profesionales y empresarios que trabajen con ahínco para generar ingresos lícitos, transparentes y que sean movilizados para el desarrollo del bien común.
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