La libertad y la fe ante el temor

Los Estados Unidos de América tiene fama mundial de ser un país de libertad, oportunidad, y prosperidad. El país hoy se enfrenta a lo que muchos califican una crisis de salud mental. Según la organización Mental Health America, más de cuarenta millones de adultos estadounidenses sufren de algún tipo de transtorno de ansiedad. Los números son aun más notables cuando vemos en específico a los niños y jóvenes, muchos de ellos experimentan problemas de salud mental a muy temprana edad. 

Se podría decir, que estamos atormentados por un espíritu de temor. Nos sentimos atados a él, paralizados e incapaces de huir de su control sobre nuestras vidas. Los expertos señalan una serie de factores que contribuyen a los trastornos de ansiedad, desde la biología y la genética hasta los hábitos alimenticios y situaciones sociales. Todos estos son aspectos legítimos a considerar en un intento de superar la epidemia de ansiedad, y debemos alentar a otros que sufren problemas con su salud mental a buscar ayuda, ya sea médica o psicológica. 

En la historia de Adán y Eva en el Jardín del Edén, tenemos una idea sobre el problema del miedo humano. En Génesis 3 leemos que la primera respuesta de Adán y Eva a Dios después de comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal fue temer (Génesis 3:10). El pecado y quebrantamiento en nuestras vidas nos llevan a sentir culpa, vergüenza, y separación de Dios, quien es la fuente de vida. 

La Biblia está llena de buenas noticias para quienes estamos aterrados por el temor. Pablo dijo a la comunidad en Roma, "Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación hay para los que están unidos a Cristo Jesús" (Romanos 8:1). Debido a esto dijo: "Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» (Romanos 8:15). Ya no tenemos que temer a la muerte, al juicio, o alguna otra consecuencia de nuestro pecado, porque somos Hijos de Dios, y Dios ha mostrado Su amor por nosotros al enviar a Su hijo para liberarnos del pecado. El apostol Juan escribió: "sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor" (1 Juan 4:18). El amor perfecto que él describe es el amor de Dios supremamente revelado en la muerte y resurrección de Jesús. 

Hay esperanza para quienes anhelan ser libres de la esclavitud del temor. Dios quiere librarnos del poder del pecado y del temor que controla nuestras vidas. Lo necesitamos para cambiar nuestro temor con una fe que crea que Él es bueno. 

Sin duda, muchas personas en mi país y en otras partes del mundo necesitan el apoyo de profesionales de la salud que les ayuden a superar los efectos devastadores de la ansiedad y el temor. No debe haber condenación asociada al buscar esa ayuda que nos permita aprender a caminar en la plena libertad que Jesús vino a darnos. Él es nuestro gran médico y solo Él puede satisfacer cada necesidad que tenenemos. Con certeza, el testimonio del salmista puede ser el mismo para todos:  "Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores" (Salmos 34:4).

Petición de oración:

. Ora por la salud mental de las personas en los Estados Unidos y el mundo, para que reciban la ayuda y el apoyo que necesitan.