Ven a desayunar

Cuando piensas en Australia, ¿qué te viene a la mente? Quizás sean nuestras playas y comida. Hay una cifra muy citada de que el 85 por ciento de los australianos viven a menos de 50 kilómetros de la costa. A menudo amigos extranjeros, me preguntan cuál es nuestra comida típica. ¡Es una pregunta difícil de responder con toda la variedad! En realidad, amamos la comida.

Si vas a una de nuestras playas en una noche de verano, siempre hallarás grupos de personas comiendo pescado y papas fritas, mientras las gaviotas revolotean cerca, tratando de robar una o dos papas. 

Esta escena me recuerda uno de mis pasajes preferidos de Jesús, que se encuentra en el Evangelio de Juan en el Nuevo Testamento. Un grupo de amigos cercanos a Jesús decidieron ir a pescar mientras tratan de aceptar la muerte de Jesús unos días antes. Estos pescadores "profesionales" pasan toda la noche sin atrapar ningún pez en sus redes. Al amanecer, escuchan una voz llamando desde la playa, preguntando si habían pescado algo. 

Suelo imaginar cómo hubiera respondido a esa pregunta si hubiera estado en su lugar. Ellos amablemente respondieron que no habían atrapado ningún pez, a lo que la persona desde lejos les indica que dejen caer sus redes al otro lado de la barca. Ellos hacen esto y sus redes se llenaron de peces, a tal grado que casi se rompían, por lo que van a tierra. Entonces Jesús les dice: "¡Vengan a desayunar!" 

Esas simples palabras son una invitación para compartir una comida, pero no de forma rápida. Más bien, los llamaba para comer juntos de una manera larga y sin prisas, que tiene más que ver con las conversaciones profundas y enriquecedoras que con la comida en sí.

Los australianos se enorgullecen de ser conocidos como personas concisas, relajadas y tranquilas, que nunca se estresan demasiado y responden a los desafíos y dificultades diciendo: "Todo va a estar bien, amigo". Pero, la verdad es mucho más oscura. La tasa de suicidio entre los jóvenes de quince y veinticuatro años es la más alta en diez años, y el suicidio es la causa principal de muerte entre los jóvenes australianos. Alrededor de cuarenta y un mil jóvenes de entre doce y diecisiete han intentado suicidarse, y un tercio de todas las muertes entre los jóvenes se debe al suicidio.

Hay una infinidad de razones por las que tenemos esta crisis en Australia, y una de ellas es la pérdida de la comunidad. Somos un pueblo solitario que clama por relaciones auténticas; por alguien que nos diga: "Ven a desayunar". Esa invitación de Cristo es tan poderosa hoy como lo fue para los discípulos. Nosotros, la iglesia, debemos ser un pueblo que se siente a escuchar a los demás y les invite a tener una relación con Cristo. Esto es lo que debemos hacer.

Petición de oración:

· Ora para que la iglesia en Australia sea un modelo de lo que significa ser una comunidad solidaria.

· Ora para que los creyentes sean personas que escuchen y lleven a otros a una relación con un Dios que los ama y quiere que comprendan la gran historia de la que son parte, una historia que puede dar sentido y significado a su vida.