Nada impedirá la obra del Señor 

Era un martes normal en enero, minutos antes de una llamada, se dio la noticia de un potencial ataque terrorista dentro de un complejo en Nairobi que albergaba un hotel, bancos, y oficinas de organizaciones importantes. Tomé la llamada, pero tuve un mal presentimiento y la terminé pronto. 

Me reuní con el personal de nuestra iglesia para ofrecer oraciones por los afectados y por la ciudad, aunque no teníamos toda la información. Horas después, nos enteramos que las familias de algunos de nuestros amigos más cercanos y compañeros de ministerio fueron alcanzados en el ataque. Algunos sobrevivieron. Tristemente, los hijos y conyúges de otros queridos amigos nunca llegaron a casa. 

Desde este incidente, he reflexionado sobre la vida a través del lente de la eternidad, pensando en cómo un momento puede tener consecuencias tan drásticas en nuestras vidas. Eran personas comunes, viviendo sus vidas cuando vino el atentado. En un momento, la vida como la conocían tomó un giro radical.

Mientras caminábamos con las familias afectadas por el atentado, se hacían reiteradamente dos preguntas difíciles pero importantes:

· 1. ¿Por qué? ¿Por qué pasó esto? ¿Por qué a mí?

Había una joven cuya vida fue salvada porque seis compañeros la cubrieron de las balas de un atacante con sus cuerpos. Solo ella vivió para contarle al mundo de su heroísmo. 

· 2. ¿Y si…?

Un amigo mío habló con su esposa unos minutos antes del atentado. Se suponía que saldría de la oficina para visitar al doctor, pero se quedó un poco más. ¿Y si se hubiera ido antes como estaba previsto? 

Dos pasajes de la escritura me han ayudado a responder estas preguntas, y los he compartido con familias y amigos que estaban procesando esta dolorosa experiencia. El primero es 2 Crónicas 20:1–9. El rey Josafat escuchó que sus enemigos habían reunido un gran ejército para atacar su nación. Estaba preocupado y asustado. Pero hay una lección que aprender en su respuesta. La Biblia dice que el decidió consultar al Señor. ¡Él conocía la grandeza de nuestro Dios y se dio cuenta que todo el poder y la fuerza están en Sus manos! Aunque el ejército del enemigo era feroz, ¡Josafat sabía que Dios tenía un corazón para escuchar su clamor y salvar a su pueblo! 

Cuando enfrentamos tribulaciones en la vida, debemos mirar a nuestro gran y poderoso Dios (2 Crónicas 20:12). Creo que mirar al Señor libera el poder de Dios para que actúe a través de nosotros. Puede que no sepamos por qué estamos siendo atacados, ¡pero sabemos quién es capaz de salvarnos y guiarnos a nuestra promesa! 

El segundo pasaje es Juan 11:1–43, la famosa historia donde Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos. Aquí, Marta le dice a Jesús: "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto" (v. 21). Verás, en la vida y en el ministerio pasamos por situaciones difíciles. Cuando Marta estaba pasando por ese tiempo, expresó su profunda decepción a Jesús.Si solo Jesús hubiera llegado antes. O como escuché de los padres luego del ataque terrorista en Nairobi, si solo sus hijos no trabajaran en ese edificio. 

Las situaciones de "si solo" surgen a menudo, pero no tenemos forma de saber lo que pasará en el próximo minuto o a dónde nos llevará la vida. Cuando María expresó su duda, confusión y dolor a Jesús, Él respondió diciéndole que Lázaro resucitaría, dándole así esperanza. Pero también dirigió su atención a quien es, diciendo: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo el que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" (vv. 25–26). Cuando le pregunta a ella si creía esto, Marta respondió: "Sí, Señor" (v. 27). En esto ella demostró su fe de que Jesús era justo quien Él decía ser y que podía hacer lo que Él decía, sin importar las circunstancias.

Como Marta, ¡ahora confirmo que creo que Jesús es la resurreción y la vida! Esto ha cambiado mi enfoque y el de mis amigos y compañeros que creen lo mismo. ¡Un siervo de Dios se enfoca solo en Él! Él es fuerte en la batalla. Es poderoso para guiarnos. Es la resurrección y la vida, capaz de traer vida y esperanza aun en las situaciones más difíciles.

Amigos, sean valientes. ¡Nada impedirá la obra del Señor! (Mateo 16:18).  

Petición de oración:

· Ora por un nuevo derramamiento del Espíritu de Dios para que la iglesia sea fortalecida, renovada y revitalizada para alcanzar a la nación con el Evangelio. 

· Ora para que Dios continúe edificando Su reino en Kenia, haciendo por medio del cuerpo de Cristo lo que nunca podríamos hacer por nuestra cuenta.