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Aprendiendo a manejar las ofensas

DÍA 5 DE 5

Aprender a manejar el enojo es una habilidad fundamental en una persona, a fin de evitar disonancia con otras personas. Igualmente, es esencial aprender a perdonar cuando se ha sido ofendido, y pedir perdón cuando ha ofendido a otros. 

El remedio contra el enojo que produce la ofensa, es el perdón. La decisión de perdonar requiere aprender a manejar las ofensas y agravios recibidos o percibidos, así como a deponer el orgullo. El perdón tiene que ver con la decisión de soltar la ofensa. No es indultar, condonar o eximir de responsabilidad al ofensor, sino renunciar a los sentimientos de resentimiento. Esta actitud es fundamental para mantener las relaciones sanas. 

El perdón: el remedio contra el enojo del ofendido

La acción de perdonar le brinda a la relación una oportunidad para la reconciliación y la sanidad de la relación; por el contrario, negar el perdón condena la relación a la enemistad, la indiferencia, el conflicto latente, o la desintegración de los lazos. Sin el perdón mutuo la relación no tiene futuro; pero el perdón abre las puertas a una renovada relación.

Una persona que desarrolla la capacidad de perdonar se mantiene emocionalmente saludable y libre de resentimientos, odios y amarguras. Perdonar evita que se acumule la basura emocional en nuestro corazón. 

Dice el Dr. Don Colbert "El perdón permite a la persona dejar ir la ira reprimida, el resentimiento, la amargura, la vergüenza, el dolor, la culpa, el odio y toda otra emoción que se oculte en lo profundo del alma y enferme a la persona emocional y físicamente”. Y agregan Jaume Soler y Mercé Conangla: “El perdón como estrategia para tratar con el resentimiento rompe con la cadena de elaboración que autoabastece y alimenta el resentimiento”.

¿Necesitas tomar la decisión de perdonar a alguien?

Día 4

Acerca de este Plan

Aprendiendo a manejar las ofensas

La ofensa tiene el potencial de producir heridas, desilusiones, dolor y enojo en nuestras vidas, lo que puede hacer que levantemos muros dentro de los cuales meternos y aislarnos. Todo esto puede dar lugar a resentimientos. Las piedras con que se construyen esos muros, en muchos casos, son el malhumor, la indignación, la irascibilidad, la desconfianza, el pesimismo, el retraimiento, la victimización.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/