Guerreros De OraciónMuestra

“El boxeador”

¡Hola! Seguimos descubriendo grandes personalidades que decidieron convertirse en “guerreros de oración” salvando personas a través de su intercesión. Hoy conoceremos otro gran ejemplo a seguir.

El apóstol San Pablo tuvo en su ministerio muchas personas que lo ayudaron. Algunos son nombrados en la Biblia, como el caso de Arquipo, Aquila, Claudia, Clemente, Timoteo, Onésimo, y mas. Otros, simplemente no son mencionados. Lo que hay que destacar es que Pablo sin este “equipo pastoral y ministerial” nunca hubiera podido manejar cómodamente su ministerio.

En Colosenses, encontramos un personaje oculto que nos enseña mucho sobre la oración: Epafras. Solo es mencionado 6 veces en toda la Biblia. 

Según la evidencia bíblica, descubrimos que Epafras estuvo ministrando las iglesias de Colosas, Hierapolis y Laodicea. 

Tal vez en algún lugar escuchó el mensaje de Cristo por parte de Pablo, y así decidió llevarlo a su tierra. Muchos dicen que fue él quien fundó la iglesia de Colosas.

Epafras fue un fiel testimonio vivo de amor, fue un maestro de las verdades para su pueblo, fue un “ministro de Cristo”, pero también fue un boxeador. 

¿Boxeador? Sí. Lee lo que dice Colosenses 4:12. Aquí se nos dice que él “ruega encarecidamente” por sus hermanos en oración. La traducción literal es que el estaba “siempre agonizando” en oración (pantote agonizomenos en griego). 

En la antigüedad, a los púgiles de la Grecia Antigua, se los llamaba “agonistes”. La palabra “agonizar” viene del término griego “agonízomai”, que significa luchar, combatir o estar debatiéndose.  Por eso este concepto es asociado cuando una persona está acercándose a la muerte, ya que la misma “esta luchando por vivir”. 

Teniendo en cuenta esta referencia, podemos concluir y afirmar que, según los escritos originales, Epafras estaba “luchando siempre” en oración por sus hermanos. Era un verdadero “boxeador espiritual”. ¿No es sorprendente?

Cuando te arrodillas para interceder, no solamente te conectas con Dios. Sino también se libra una gran batalla contra los agentes satánicos que no quieren verte asi. El enemigo busca distraerte, que menosprecies el poder de la oración y que te olvides de tus amados. 

Es hora de reconocer que estas en una gran batalla espiritual. Toma tu armadura y no desistas de la intercesión. Disfruta de los beneficios de la oración y prepárate que mañana continuamos aprendiendo a ser Guerreros de Oración.

Hoy transfórmate en un boxeador espiritual intercediendo por tus amados, como lo hizo nuestro amigo Epafras.