Guerreros De OraciónMuestra

 “El negociador”

Hoy es nuestro primer día del plan, y por eso leeremos un fabuloso pasaje del Génesis. Nuestro primer protagonista es Abraham. El contexto es el siguiente: 

Dios iba a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra por su gran mal. A partir de esto, sacamos algunas conclusiones que nos pueden ayudar de gran manera.

Principalmente, Dios decide comunicar su plan a Abraham. Dios es un Dios que no nos esconde sus propósitos. La mejor manera de descubrir lo que Dios tiene para contarnos es leer cada día su Palabra. Dios encuentra un socio con Abraham. 

Una vez que Abraham se da cuenta lo que va a suceder, programa en su mente un plan de intercesión. Esto es magnífico. En el versículo 23 se nos dice que Abraham se “acerca a Dios”. Este verbo es fundamental. En el texto original hebreo, este verbo puede significar “humillarse, entregarse”, o incluso “prepararse para pelear”. Abraham estaba listo para pelear en oración por los suyos. Los ángeles ya se habían ido, pero Abraham “permanecía ante Dios”.

Entonces desde el versículo 23 empieza una negociación. El anhelo del patriarca es que Dios no destruya a los justos, que no destruya a su familia. Aquí encontramos una verdadera lección. ¿Cuántas veces hemos intercedido de manera persistente por nuestros familiares? ¿O por nuestros hermanos de iglesia, “los justos”? Abraham amaba a los justos, amaba a Lot y a su familia. Por eso no quiere darse por vencido. Lucha por ellos. Por un lado, se encuentra Abraham insistiendo por sus amados, y por el otro lado Dios, escuchando pacientemente y con amor.

Ahora observa que una de las actitudes que debemos imitar de Abraham al dirigirnos con Dios es ser humildes. En el versículo 27 él mismo se llama polvo (afar) y ceniza (efer). Él sabía que ante Dios era la materia más pisoteada por todos, lo que nadie usa. 

La negociación comenzó a favor de 50 justos. Luego pasó a 45. Siguió a 40. Pasó a 30, 20 y finalmente a 10. Ahora, ¿Por qué se detuvo Abraham en 10? 

Curiosamente para los hebreos, el numero 10 representa la cifra mínima, lo menor, el mínimo indispensable. Al grupo de 10 hombres lo llaman “un Minyán”. Puedes investigarlo tú mismo. Abraham buscaba el máximo provecho en su intercesión. Pensó hasta en el último hombre. En lo mínimo.

Hoy intercede por tu familia como lo hizo Abraham.