[#Vida] MatrimonioMuestra

Elige tus batallas

Me encanta esta frase que me dijo mi esposa un día. Estábamos a punto de comenzar a discutir, y ella me dijo esto: «No tenemos ni el tiempo ni la energía para discutir acerca de esto». Y si lo piensas, muchas veces es cierto, solo que no frenamos para darnos cuenta hasta que ya es demasiado tarde y hemos estado discutiendo por una hora. «No tenemos el tiempo», estamos ocupados, tengo que ir a buscar a los niños a la escuela, tengo comida en el horno, estaba a punto de tomar una ducha. «No tenemos la energía», estamos cansados, nos despertamos muy temprano, es tarde, deberíamos estar durmiendo en este momento. Está bien discutir. En algunos casos es necesario. Pero debe conducirnos a resolver las cosas, no solo pelear sin obtener ningún resultado.

Debemos aprender a pelear limpio. Como ambos somos humanos y somos diferentes, tendremos discusiones y desacuerdos. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos aprender a aplicar en nuestro matrimonio para pelear limpio. Debemos asegurarnos de que aquello por lo que estamos por pelearnos, merezca una pelea. 

Cuando consideras que algo es tan importante como para pelearte con tu cónyuge, necesitas aprender a pelear limpio. Déjame darte tres aplicaciones prácticas para pelear limpio: 

· El momento y el tono son cruciales. ¿Es este el mejor momento para decir lo que quiero decir? Un consejo no solicitado generalmente es el peor consejo. No tengas conversaciones serias cuando estás cansado o con hambre.

· Trata de hablar del asunto fuera del asunto. Porque no estará cargado emocionalmente. Por ejemplo, cuando una persona es siempre puntual y la otra persona es impuntual, muchas veces es la manera en que Dios trabaja en ambos al mismo tiempo. Pero cuando uno llega tarde, no es el mejor momento para hablar sobre puntualidad. Porque seguramente esa charla terminará en una discusión. 

· Trata de resolver el problema, no a la persona. Hay muchas cosas que tendremos que superar. Si nuestro cónyuge habla mucho, tendremos que aprender a superarlo. Si uno de nosotros es extrovertido y el otro introvertido, en una fiesta, uno se va a tener que quedar un poco más de tiempo de lo que quiere y el otro se tendrá que ir más temprano de lo que tenía planeado. De esa manera podremos estar juntos. No tratemos de resolver a la persona, sino al problema. Seamos más como Jesús cuando le dijo al Padre, que no sea mi voluntad, sino la tuya. 

Pensamiento del día

Pelear no es siempre algo malo si aprendemos cómo pelear limpio, y descubrimos cuándo algo vale la pena una pelea.