Venciendo El MiedoMuestra

¿QUIÉN DIJO MIEDO?

¡Miedo a las personas!, sensación de temblor, las manos te sudan, te ruborizas, se te quiebra la voz. ¿Cuántas veces estas sensaciones te han detenido de estar al frente? Si te ha pasado, no te preocupes, ¡estás en buena compañía! La Biblia nos cuenta la historia de Jeremías, uno de los más grandes profetas de Israel. 

Pero ¿cómo comienza su historia? Jeremías escucha por primera vez la voz de Dios, cuando le dice “antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado para ser profeta de las naciones”. Jeremías responde ¡Ay, Señor! No sé hablar porque soy muy joven, sin duda, respondió como cualquier joven que tiene miedo de hablar y no ser escuchado, sobre todo, porque sabe que vive en medio de una sociedad que valora el conocimiento y la sabiduría de los ancianos.

Estar al frente de una situación puede resultarnos especialmente difícil, porque estando ahí, nos exponemos a los demás tal como somos, y nos causa temor el qué pensarán; quizás, incluso creemos que no somos lo suficientemente buenos; escuchamos nuestra propia voz que puede llegar a ser muy dura y crítica. 

El Señor nos ha dado una identidad fundamentada en Él, y no solo eso, ha depositado en ti y en mí, dones y habilidades para poder alcanzar cosas grandes para él y su Reino. Nuestra identidad en Dios no implica no tener miedo de los demás, sino enfrentar nuestros temores y actuar en fe, sabiendo que él va con nosotros. 

No dejes que el miedo a los demás te domine, en lugar de eso, recuerda la voz de Dios que dice que él conoce los planes que tiene para cada uno de nosotros, cada uno de esos planes son para darnos bienestar. ¡El Señor lo afirma! Jeremías 1:4-8