Venciendo el temor.Muestra

 El pecado lleva al temor.

¿Dónde inicia el temor? La Palabra nos muestra que el temor nace a causa del pecado, el pecado crea una separación de la presencia de Dios y quedamos a la deriva y en las manos del enemigo.

Tal como muestra la Escritura en el Libro de Génesis, cuando Adán pecó siguiendo la voz de Eva, quien fue llevada por Satanás a desobedecer el mandato de Dios, lo cual generó en ellos el temor en el corazón, primeramente se dieron cuenta que estaban desnudos, estaban expuestos en todo sentido y reconocieron que delante de la presencia de Dios debemos estar confiadamente; en ese instante el hombre se escondió de la presencia de Dios y huyó a su voz; es así amado amigo, amada amiga, como se nos muestra que muchas veces estamos sumidos en el temor porque somos conscientes de que pecamos pero no deseamos aceptar a Cristo como nuestro Señor y nuestro Salvador.

Recordemos que, ante la vergüenza de Adán y su mujer, Dios sacrificó animales para prepararles una vestidura que tapara su vergüenza, al igual que en este relato, Dios ha provisto para nosotros la vestidura de la santidad a través del sacrificio de Cristo Jesús; en el momento en que Cristo dio su vida por cada uno de nosotros creó un puente entre Dios y los hombres y fue roto el velo que nos separaba de la presencia de Dios.

Si vives temeroso o temerosa por las circunstancias a tu alrededor quiero recordarte que Dios te ama y que desea te vuelva a Él de corazón; Él está con los brazos abiertos esperando que decidas dejar entrar a Cristo en tu vida; si lo deseas hacer solamente debes abrir tu corazón y hacer una oración de fe. Si no sabes como hacerlo te insto a que la hagamos juntos, oremos:

Amado y poderoso Dios, sé que soy un pecador que he desobedecido tu llamado en muchas ocasiones, reconozco que mi vida está sumida en el miedo y en el temor; por eso te pido que me perdones y entres a mi vida; creo que Cristo es tu Hijo, que tu le resucitaste de entre los muertos y que hoy está a tu diestra intercediendo por mí; te pido que escribas mi nombre en el Libro de la Vida y que tu Santo Espíritu sea derramado sobre mi ser para que me guíe en todo momento; amén.