Tocando fondoMuestra

No soy un experto en barcos, y tampoco he tenido la oportunidad de subirme a uno de ellos. Pero sí sé que los barcos deben tener un ancla. El ancla ayuda al barco a permanecer estable en un solo lugar.

Tú y yo somos seres inestables. A pesar de que sabemos que Dios nos ama, muchas veces nos sentimos mal y, por esa razón, necesitamos a alguien que nos dé estabilidad en todos los aspectos de la vida, y que mantenga estable nuestra alma.

Ahora pregunto, ¿dónde está tu hogar? ¿Dónde encuentras tu puerto seguro? ¡Esa esencia de hogar! Si tu hogar no son los brazos del Padre, entonces, deberías re formular en dónde te encuentras y adónde estás anclado, si estás en la roca correcta o incorrecta.

Sé que has tenido tormentas; probablemente, estés metido en una. Te vuelvo a preguntar: ¿cuándo fue la última vez que sentiste seguridad en la tormenta? Es normal sentirse mal por un momento, somos humanos, pero que sientas que la inseguridad te absorbe diariamente significa que no estás anclado a la roca correcta. Porque las personas, el dinero, tus bienes no son buenos lugares para anclarse, ya que las personas fallamos, el dinero pierde su valor y se va mas rápido de lo que pensamos y tus bienes se avejentan.

Las anclas no las puedes ver; a menos que te sumerjas en el mar, a simple vista no puedes verlas. ¿Te ha pasado que oras y no sientes nada? Yo te confieso que la mayoría de veces que oro no siento nada, y las primeras veces me frustraba; después entendí que, sienta o no sienta, Él está ahí. Mi ancla está anclada, valga la redundancia, en el lugar correcto.

No sé si será la última vez que leas algo así, pero necesitas un lugar adonde ir, un puerto seguro, donde el frío de la noche sea opacado por el calor del hogar.

Sé que más de una vez no has querido despertar. ¿Cómo lo sé? Te repito, yo también estuve ahí y, a pesar de que no colecciono grandes tragedias, muchas veces, sentía que la ansiedad y la frustración me superaban, hasta que encontré un lugar dónde reposar y, perdona por ser repetitivo, pero necesitas un hogar.

Tu necesidad de un consolador es innegable. Necesitas a alguien a quien poder decirle: ¡Ayúdame, me siento solo!

Añado:

En estas épocas duras que vivimos en todo el mundo, donde un virus puso de cabeza todo el planeta, quiero orar por ti. Por ti que estás viviendo esta pandemia de primera mano, por ti que tienes a un familiar o amigo enfermo.

Oro porque la sanidad de Dios llegue a esa vida, y que nunca te olvides de que por sus llagas hemos sido curados. Por ti, que la pandemia te ha robado la paz y la de los tuyos, porque sientes que la próxima víctima seras tú. Oro para que la paz que sobrepasa todo entendimiento inunde tu vida y la de tu familia; te cubro a ti y a los tuyos con la sangre de Cristo. Por la gente que no tiene un techo, por esas almas que soportan la soledad de las calles y el frío abrumador, oro por todas esas almas que seas tú, Dios, llevando provisión a cada familia en el mundo entero. Por la gente a quien le tocó prestar su servicio en estos momentos: policías, soldados, empleados de supermercados y farmacias. Oro, por ustedes, que sean guardados al igual que su familia. Oro para que los cansados sean llenos de esas fuerzas que vienen de lo alto.

Y por último:

Por los héroes sin capas que, muchas veces, no son reconocidos como tales: por los médicos, que están al frente de esto, convirtiéndose en los nuevos soldados. Oro por sus vidas, por esa gran labor que hacen. Pido a Dios que los guarde, que los llene de sabiduría a la hora de tratar con la enfermedad, que seas tú, Dios, llenando de fuerzas a todos los que se encuentran cansados en estos momentos.

Amén.

 Espero que este plan haya llegado a tu corazón. Para mas información del ministerio "Conexión Directa" visite  https://www.instagram.com/josemoralessm/