Cría hijos que respeten a las chicasMuestra

En nuestra frustración, somos rápidos para diagnosticar lo próximo que debe suceder. Algunos creen que hay que reescribir las leyes. Otros creen que el enfoque debe ponerse en la educación o cambiando el clima en el ámbito laboral. Y aunque todos los enfoques propuestos tienen su mérito, yo propongo algo diferente.

El personaje clave en esta historia es usted (y yo). ¿Qué sucedería si cada uno volviéramos a imaginarnos los roles y las responsabilidades que tenemos de tomar una resolución con este asunto para la siguiente generación? ¿Qué si nuestro cambio de corazón y de actitud también marcara un cambio poderosamente efectivo en los estilos de crianza que pudieran ayudar a nuestros hijos a corregir algunos de los males que han quedado sin resolver por las generaciones previas? ¿Qué si nuestra generación pudiera ser la última que experimenta la desigualdad?

Sí, necesitamos legislación, un cambio cultural, rendición de cuentas, respeto y muchas otras cosas. Pero, mientras juzgamos públicamente a todas las figuras prominentes que han caído, también deberíamos hacer una honesta autoevaluación sobre nuestros propios pensamientos y acciones. Todos hemos formado parte del problema y, hasta que tengamos la valentía de reconocerlo, nunca tendremos una solución duradera. El cambio comienza reexaminando nuestra parte en esta historia y, luego, haciendo el compromiso de enseñarle a nuestros hijos a hacer lo mismo.