Cría hijos que respeten a las chicasMuestra
Los vestuarios se han convertido en un pobre sustituto de algo noble que ya no hacemos. Nuestros muchachos quieren saber qué significa ser un hombre, pero hemos hecho un enredo al explicárselo. Y lo hemos hecho aún peor celebrándolo y creando hitos en su viaje de la niñez a la adolescencia a la hombría.
Al faltar una definición clara o ritos de transición, los muchachos quedan a la deriva pensando que cada cumpleaños es un hito, o quizás la aparición de algún vello o la barbilla del mentón. Estas marcas automáticas y aparentes de masculinidad a flor de piel hacen muy poco para satisfacer la pregunta silenciosa en su alma: ¿Ya soy hombre?
Aun los hombres mayores luchan con las inseguridades acerca de cómo llegamos a la estatura de un hombre. Nos medimos con métricas dudosas y siempre nos preguntamos si somos lo suficientemente buenos. Nos preguntamos si somos buenos proveedores, buenos padres y buenos esposos. Desesperamos por el respeto y, muchas veces, nos sentimos indignos de recibirlo. En mis años de trabajo con parejas casadas, estoy convencido de que la pregunta más común que los hombres se hacen a sí mismos y que nunca la comentan es: «¿Será que mi esposa me respeta y piensa que soy un buen hombre?».
Si se les diera la elección, la mayoría de los hombres preferirían ser respetados que ser amados. Irónicamente, los hombres son capaces de tener un comportamiento muy irrespetuoso en su búsqueda de ser respetados. La mayoría de los hombres cargan con las heridas del rechazo, a menudo de sus padres, y las inseguridades, a consecuencia de esas heridas, pueden conducir a un hombre a conductas aun más destructivas en el intento de mostrar su propia hombría y así ganar el respeto. Aun entre los hombres arrogantes, a menudo, hay un lado oculto de inseguridad que están intentando encubrir en su empeño por ser el macho alfa. Todos queremos saber qué es un verdadero hombre y cómo comparamos en estatura. En la duda que resulta de nuestra ambigüedad (o aun la hostilidad) que rodea a la hombría, los muchachos son presa fácil de la mentalidad del vestuario.
En el vestuario, los falsos rituales de pasaje emergen como hazañas sexuales. En lugar de examinar el carácter y la valentía, como se hacía en el pasado, ahora el muchacho enfrenta las pruebas de la seducción y la destreza masculina. A los muchachos se les dice que su masculinidad es definida por las muescas que tienen en su cinturón en lugar de las verdades intemporales en sus Biblias. A los muchachos se les dice que las chicas son presas para ser conquistadas, en lugar de almas para ser apreciadas. Cuando la masculinidad se redefine de acuerdo con el vestuario, todos pierden.
Acerca de este Plan
En este plan de lectura, te invitamos a reflexionar en unos pasajes bíblicos que hablan sobre cómo criar a una generación de niños que sean alentadores y respetuosos hacia las mujeres.
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Nos gustaría agradecer a HarperCollins por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.thomasnelson.com/p/cria-hijos-que-respeten-a-las-chicas/