Cría hijos que respeten a las chicasMuestra

Jesús elevó a las mujeres más que cualquier otra persona de la historia. Él realizó su ministerio terrenal en un tiempo cuando las mujeres en la escala jerárquica social clasificaban entre los animales y los hombres, pero Jesús elevó la condición de ellas por medio de sus palabras, sus acciones y sus milagros. Su enfoque contracultural a las mujeres fue visto como uno de los aspectos más radicales de su ministerio.

Es irónico que la misma iglesia que Jesús empezó es, ahora, vista por muchos como una institución con raíces represivas en lo que se refiere al trato de las mujeres. Tanto dentro como afuera de la iglesia, necesitamos una lección de la historia acerca de lo que Jesús hizo y en verdad enseñó. Su ejemplo intemporal sigue siendo nuestro mejor ejemplo…

...Una de las dinámicas más complicadas al criar hijos varones que respeten a las mujeres es enseñarles que Dios los creó para ser atraídos visualmente a la apariencia física de la mujer, pero, si esto se descuida, sus apetitos visuales podrían pervertir su manera de pensar y reemplazar el respeto por la objetivación. Esta es una de las lecciones más importantes que deberíamos estar enseñándoles a nuestros hijos. Además, es una de las más difíciles para que ellos practiquen, pues para la mayoría de los hombres es una lucha por toda la vida. Pero Jesús, con su ejemplo de vida, les enseñó, a los hombres, cómo respetar a las mujeres en lugar de codiciarlas. Hasta me atrevería a presentar el argumento de que Jesús les enseñó a los hombres la manera en que se debe mirar a las mujeres. Por supuesto que no tenemos fotos ni videos que muestren cómo Jesús interactuaba con las mujeres, pero los evangelios nos presentan una imagen viva. A la luz del contexto histórico, podemos ver mucho de cómo Jesús habrá mirado a las mujeres. Las miró con compasión, interés genuino y gracia.

Jesús quería dejar en claro que el plan de Dios para el sexo era específico dentro del contexto de un matrimonio monógamo para toda la vida. Más adelante, el apóstol Pablo expandiría esta enseñanza aún más recordándole a los seguidores de Cristo que tener relaciones sexuales es convertirse en «uno» con esa persona de una manera sagrada, y que jamás deberíamos ser uno con prostitutas. Ese mismo arreglo deshumaniza, es una falta de respeto a todas las personas involucradas y reemplaza el amor con la lascivia. 

El mensaje de Jesús fue consistentemente sobre el amor, y la Biblia muestra constantemente cómo el amor es lo opuesto a la lascivia. El respeto por las mujeres y la lascivia por las mujeres no pueden coexistir en la misma mente. Cada día, debemos decidir cuál de los dos albergaremos.