[Serie Una sola carne] Oración en una sola carne Muestra

Oremos por inteligencia espiritual

«Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios», (Colosenses 1:9-10).

Esta oración apostólica nos muestra cómo oraba el apóstol Pablo, por los santos de Colosas. Su oración se caracteriza por aspectos importantes: en primer lugar, el conocimiento de la voluntad de Dios, no para que apruebe su proyecto personal, sino para que los creyentes entiendan la voluntad de Dios, agradable y perfecta, dentro de su propósito eterno. Para que su vida lleve adelante la parte que le corresponde dentro del propósito de Dios. De la misma manera, al ser una sola carne, su matrimonio encaja dentro del propósito de Dios.

Cuando oramos sabiamente, vivimos sabiamente. Llevar fruto en toda buena obra, es la mejor expresión de Cristo en cada creyente. El matrimonio es el mejor lugar para vivir sabiamente. Cada situación que se presenta en lo cotidiano, demanda sabiduría. No sabiduría humana, que ha demostrado cada vez más que está totalmente perdida y sin razón, sino de la sabiduría divina, de aquel que diseñó y creó cuanto existe.

La sabiduría humana va de la mano con el sistema de este mundo, pues ha engañado por bastante tiempo a la humanidad, y cada vez integra nuevas ideas contrarias al diseño de Dios. El matrimonio de un hombre y una mujer es hermoso, sí es posible y sí es realizable, a pesar de que cada vez sea menos común en la sociedad. No porque el mundo llame a lo bueno malo y a lo malo bueno, es así. Lo bueno es el diseño de Dios. Dios diseñó un matrimonio, donde el hombre y la mujer se unen en una sola carne.

No permitas que los pensamientos humanos te lleven a abortar el diseño de Dios. La inteligencia espiritual te llevará a entender a Cristo en tu vida y en tu matrimonio. ¿Agradar a Dios? Cuando eres participante de su naturaleza, será natural, inclusive en tu matrimonio. No es imposible, no es inalcanzable. Confía en Dios, ora con sabiduría y crece en el conocimiento de Cristo cada día de tu vida. 

Reflexionemos

¿Oras sabiamente por inteligencia espiritual en ti y en tu cónyuge? Si no lo haces, es tiempo de comenzar a hacerlo.