30 días de salud emocionalMuestra
En agosto del 2002 tuve una reacción anafiláctica a una medicina y por poco me muero en casa en los brazos de mi esposo.
En ese momento, mi vida estaba muy llena y ocupada. Serví como la maestra a nuestros tres hijos en casa, trabajé a tiempo parcial en un hospital local mientras buscaba una manera de formar un ministerio de lectura y predicar.
También estaba citada para tres procedimientos quirúrgicos. Antes de las cirugías, sufría con problemas de dormir. Consulté con mi médico, y él me recetó medicinas.
Desafortunadamente, mi reacción me dejó con síntomas residuales en el cerebro que incluía parálisis intermitente al lado derecho. A veces parecía que estaba teniendo un derrame cerebral. Eventualmente, ya no podía conducir, ir a la iglesia o cuidar a mi familia.
Decir que luché con Dios durante ese tiempo es una subestimación. No podía reconciliar con un Dios santo que me bendijo con dones para escribir y hablar pero que me dejó incapacitada para hacer esas cosas.
Mientras me acercaba a Él, me quedé impresionada con tres cosas: Shellie, no vayas a la oscuridad. No te digas que tu vida ha terminado. Dame las gracias por cada respiración.
Mientras esperaba una cura, manteniendo la mejor actitud posible, aprendí el significado de Isaías 40:31, que dice que aquellos que confían en el Señor renovarán sus fuerzas.
Encontramos fuerza durante la espera. No cuando nuestras necesidades son satisfechas. No cuando obtenemos alivio de nuestras cargas. La fortaleza se encuentra cuando permanecemos en Su presencia, escuchando Su voz, siguiendo Sus instrucciones y manteniendo una dependencia total en Él.
Dios sanó mi cerebro el 18 de mayo de 2005, casi tres años después de mi reacción. Pero mi sanación no fue Su mayor trabajo durante ese tiempo. Si no Él me llevaba en Sus brazos a través de esos años. Si no hubiera encontrado las fuerzas para esperarlo a Él, estoy segura de que hubiera perdido la esperanza.
~ Shellie Arnold
Escrituras
Acerca de este Plan
Dios no quiere que nos sintamos perpetuamente estresados o derrotados, ni quiere que estemos esclavizados por heridas de nuestro pasado. Este plan de lectura de 30 días te ayudará a acercarte cada día más a Él Señor y anclarse en las verdades vivificantes que Él preservó para nosotros en las Escrituras. Traducido por Victoria Mejias and Anita Farwell.
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Nos gustaría agradecer a Wholly Loved Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://whollyloved.com