En mi opiniónMuestra

La sal resalta mejor el sabor de la comida, ¿no es así? La cantidad correcta permite mejorar las cosas. Y, lo creas o no, ¡Dios quiere que nuestras palabras hagan lo mismo! Las cosas que les decimos a otras personas y que hablamos sobre ellas deberían estar tan llenas de gracia, amor y amabilidad que dejen a quienes las escuchan sintiéndose mejor. Como seguidores de Jesús, tenemos la oportunidad de usar nuestras palabras para mejorar la vida de quienes nos rodean, ¡tal como lo hace la sal con nuestra comida! Esta semana, pasa tiempo orando para que Dios te ayude a elegir palabras que ofrezcan solo cosas buenas para quienes las escuchan.