El discipulado es un compromiso radical (parte II)Muestra
La radicalidad del seguimiento
Radicalidad significa evitar el juego a dos bandos o la ambigüedad de vida de querer servir a dos señores. La radicalidad del Evangelio del Reino, aunque reconoce la debilidad humana, no es compatible con la mentira y menos con la trampa. La radicalidad significa no diluir hasta tal punto el Evangelio y sus exigencias, que guste a todos y se ajuste a cualquier proyecto de vida egocéntrico. Esta es la gran tentación o traición al Evangelio por parte de los seguidores de Jesús.
En todo caso, el llamado de Jesús no va dirigido a «superhombres» o personas especialmente heroicas, capaces de realizar las hazañas más osadas. ¡No! El llamado de Jesús llega a hombres y mujeres comunes y corrientes, con diferentes profesiones y ocupaciones. Pero todos con algo en común, una gran necesidad de Dios.
Esta radicalidad, no convierte al Evangelio en un mensaje para una «élite de iluminados». Es preciso mantener la radicalidad del Evangelio del Reino para no pensar que estamos tratando de cambiar la esencia y exigencia planteadas por Jesús. Nietzsche llegó a decir que, si Jesús no hubiese muerto tan joven, la madurez que otorgan los años le hubiese llevado a limar sus «exageraciones» y «radicalismos». Es una apreciación infundada y falaz. La radicalidad de Jesús no es fruto de la inmadurez, sino la consecuencia de su singular expresión de Dios y de la grandeza de su Reino, ante el cual, todo lo demás aparece como «añadidura».
Si «diluimos» la radicalidad del Reino o «abaratamos» la gracia, estamos traicionando la esencia del Evangelio de Cristo. Porque la gracia no es barata: constituyó la mayor inversión de Dios a favor de los seres humanos. Por eso, necesitamos entender la radicalidad del llamado: el pago fue tan grande que no se puede tomar a la ligera y entender la necesitad de un compromiso radical con la causa de Quien se invirtió así.
Pero es igualmente preciso insistir en la debilidad de los seres humanos, llamados por Jesús a realizar un camino que excede enteramente sus posibilidades. Así es como nos sentiremos remitidos a la fuerza del Espíritu, el único que puede hacer posible lo que para el ser humano es imposible, Aquel con quien podemos y debemos contar para dar nuestra respuesta responsable. Es, en ese contexto de gratuidad, donde tiene que entenderse y vivirse el seguimiento de Jesús.
Escrituras
Acerca de este Plan
Al admitir que seguir a Jesús, con su radicalidad y universalidad, como fórmula del Reino, ¿no convertimos la vivencia de Cristo en algo exclusivo para minorías heroicas? ¿No vinculamos la fe en Cristo a un altruismo ético, inalcanzable para la mayor parte de los seres humanos? Empezando la segunda parte de este tema, cabe preguntar: ¿Cómo entender positivamente seguir a Jesús, con toda su radicalidad, y cómo evitar una distorsión?
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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.americanbible.org