Ayuno Del Pensamiento ErróneoMuestra

DIA 12 — “No puedo quitarme de encima el pasado.”

Hoy estamos ayunando del pensamiento que dice: “No puedo quitarme de encima el pasado”. A menudo, nuestro pasado es lo que nos limita y nos mantiene derrotados.

VAMOS A CAMBIARLO HOY

1. Conoce a tu nuevo yo. Tú realmente eres una nueva creación si estás en Cristo. Lo viejo ha pasado ¡Tu pasado se acabó!

2. Dios usará tu pasado. Vive en Romanos 8:28 ¡Todas las cosas, incluyendo tu pasado, trabajan para tu BIEN! Aunque tu pasado se acabó Dios aún puede hacer que trabaje a tu favor. Cree en eso.

3. Eres más que un vencedor ¡Eso significa que tu pasado no puede vencerte! Tú lo has vencido al estar en Cristo ¡Eres la cabeza y no la cola! Mírate a ti mismo de esa manera y tu pasado pierde el control sobre ti.

4. Tú eres inocente. No importa cuán culpable tú hayas sido, Jesús te ha declarado “INOCENTE”. Él ha lavado todos tus pecados (Romanos 8:34). Así es como Dios te ve. Ahora, puedes empezar a verte a ti mismo de esa manera.

5. ¡Tú puedes quitártelo de encima! En Hechos 28: 5 Pablo sacudió una serpiente de su mano. Y tú tienes el poder de hacerlo también. Ya nada puede lastimarte, ni siquiera tus errores o fallas del pasado ¡Quítatelo de encima hablándole!

6. Haz un funeral al remordimiento. Dale un beso de adiós al remordimiento. Haz un servicio funeral a lo que sea que te esté fastidiando. Tómate 20 segundos y haz esta oración fúnebre: “Señor, te doy gracias porque este pecado o error de mi pasado está muerto y enterrado ¡Tú lo has quitado y lo has olvidado, por lo tanto, yo también lo hago! Yo me lo saco de encima y te lo entrego”.

¡Y así concluye este funeral de tu pasado!

PIÉNSALO Y DILO

Soy una nueva creación en Cristo Jesús; y no importa qué tan malo sea mi pasado, no solo está perdonado, sino que también se ha borrado. Soy más que un vencedor y no me dejaré intimidar por recuerdos o personas de mi pasado. Por la sangre de Jesús, soy inocente. Me quito de encima el pasado ¡Declaro que ha terminado y estoy a la expectativa de que Dios cambie mi situación para bien de alguna manera milagrosa, ¡en el nombre de Jesús!