Ayuno Del Pensamiento ErróneoMuestra

DIA 11 — “Me siento deprimido.”

Hoy estamos ayunando del pensamiento que dice: “Me siento deprimido”.

Todos la hemos sentido alguna vez. La depresión es ahora la principal causa de discapacidad en el mundo. Muy a menudo, la depresión es la ira dirigida hacia nosotros mismos por nuestras fallas y equivocaciones”.

Quizás has pensado: “La vida es un plomo, ¿de qué sirve? Nunca seré feliz”.

Estos pensamientos están diseñados para robarte el gozo y la confianza que son los que producen una fuerza sobrenatural en nuestras vidas.

VAMOS A CAMBIARLO HOY

1. Deja de condenarte a ti mismo. La condenación es una mentalidad que te roba la alegría y la paz. Romanos 14:22 dice: “(…) Feliz es el hombre que no se condena a sí mismo (...)” No te condenes a ti mismo porque Dios no te condena.

2. ¡Dios todavía está trabajando en ti! Filipenses 1:6 nos dice que nos aligeremos. Él que comenzó la buena obra en ti, ¡la terminará! Confía en Dios porque estás progresando. No estás inmóvil.

3. Aprovecha el poder que hay en creer. 1 Pedro 1:8 dice: “(...) aunque no lo ves ahora, CREES en Él, y estás lleno de gozo inexpresable y glorioso”. Cree en la promesa de Dios sin importar lo que sientas y la depresión comenzará a irse.

4. RECHAZA la vergüenza. Jesús tomó tu vergüenza en la cruz. No importa lo que sientas o lo que hayas hecho. Todos estamos lidiando con algo. Si sientes la oscuridad, recuerda: Dios está contigo, incluso en el valle.

5. Rodéate de personas positivas. El pensar y hablar positivamente es contagioso, al igual que el pensar en negativo. Rodéate sólo de aquellos que crean una atmósfera de victoria con su actitud y sus palabras.

6. Recuerda, tú no eres incapaz. Los pensamientos de incapacidad traen depresión. El Espíritu Santo es nuestro Ayudador. Él no te ha dejado solo y nunca lo hará.

7. La depresión proviene de un sentido de impotencia. Tú tienes el poder para orar y recibir la respuesta a tu oración; este sentido de poder trae gozo.

PIÉNSALO Y DILO

Nunca estaré deprimido ni un día más en mi vida. Decido dejar de condenarme y castigarme por mis equivocaciones. Creo que Dios está trabajando en mí todos los días. No soy de los que piensan negativo. Soy positivo. Dios es por mí, conmigo y en mí; por lo tanto, la depresión no puede permanecer. No soy incapaz porque tengo al Espíritu Santo viviendo en mí. Le ordeno a cada onza de depresión que me suelte y me deje ir ¡Ordeno que sea removida y arrojada al mar, en el nombre de Jesús!