Devocional de Andrew MurrayMuestra

COMUNIÓN CON DIOS

Las tres personas en la Trinidad son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cada una es diferente a la otra, así como cada uno de nosotros es un individuo. Dios desea revelarse como una persona; Él se revelará a sí mismo, y es nuestro santo llamado entrar en esa comunidad con Él.

Dios desea inmensamente esa relación con la humanidad, pero el pecado se interpuso entre los seres humanos y Dios. Incluso un cristiano, quien piensa que conoce a Dios, a menudo tiene gran ignorancia e incluso indiferencia a esta relación personal de amor hacia Dios.

Las personas creen que al convertirse, sus pecados son perdonados, que Dios los acepta, así ellos pueden ir al cielo, y que deben tratar de hacer la voluntad de Dios; pero les es extraña la idea que deben y pueden tener cada día una comunidad con Dios, así como un padre y su hijo en la tierra tienen complacencia al estar en comunión.

Dios nos dio a Cristo, Su Hijo, para traernos hacia Él. Pero esto solo es posible cuando vivimos en una estrecha relación con Jesucristo. Nuestra relación con Cristo descansa en Su profundo y tierno amor por nosotros. No somos capaces de ser recíprocos a ese amor por nosotros mismos, pero el Espíritu Santo hará el trabajo en nosotros. Por eso necesitamos separarnos cada día del mundo y tornarnos en fe hacia el Señor Jesús, así Él puede verter Su amor en nuestros corazones (mira Romanos 5:5), y seremos llenos con un gran amor por Él.

Querida alma, medita tranquilamente en este pensamiento. Tómate tiempo para creer en esta comunión personal. Dile a Dios de tu amor. Dile: "Señor, Tú me has amado profundamente, por lo tanto, deseo sinceramente amarte sobre todo lo demás".