Emociones TóxicasMuestra
Ansiedad
Siempre he dicho que «la preocupación excesiva es ateísmo práctico». Si nos preocupamos todo el tiempo aun cuando decimos que confiamos en Dios, entonces realmente no confiamos ni creemos en quién es Él.
Pero, ¿de qué nos preocupamos? He aquí una corta lista: nos preocupamos de los pecados del ayer, nos preocupamos de los éxitos del pasado, nos preocupamos de los pesares del ayer, nos preocupamos del presente en el que vivimos, nos preocupamos del futuro por el que tanto trabajamos. Te invito a que hagas una nota mental de aquellas cosas que te están agobiando en este momento.
Ahora bien, ¿qué ganamos con preocuparnos? El Señor Jesús respondió muy bien cuando dijo que no le podíamos añadir años a nuestra vida con el hecho de preocuparnos. Es más, les pidió a sus discípulos que buscaran en primer lugar las cosas de Dios y que Él se encargaría de todo lo que necesitamos (Mateo 6:33).
Las preocupaciones por el mañana demuestran que estamos equivocándonos en nuestras prioridades. Cuando ponemos a Dios en primer lugar en nuestras vidas, y confiamos en Él como Padre, tenemos la certeza que Él cuidará de nosotros. ¿Has visto qué bellas son las flores silvestres? Si Dios se ocupa de los lirios del campo tan maravillosamente, ¿acaso no se ocupará de nosotros?
Jesús nos enseña que las preocupaciones dominan la mente de los incrédulos, ¿acaso dudamos del poder de Dios como proveedor? No permitamos que nuestra mente se ofusque con lo que pasará mañana. Los problemas de hoy son suficientes por hoy y es Dios quien se encargará de darnos el pan nuestro de cada día.
En el libro de Filipenses hallamos un método infalible para que nuestra mente sea guardada de la ansiedad:
1. Orar por todo y no preocuparnos por nada.
2. Decirle a Dios lo que necesitamos y darle gracias por lo que Él ya ha hecho.
El resultado final: Experimentaremos la paz de Dios que supera todo lo que podemos entender. Esta paz, cuidará nuestro corazón y nuestra mente mientras vivamos en Cristo Jesús.
Escrituras
Acerca de este Plan
Emociones tóxicas, ¡qué suplicio! ¿Cuántas veces nos hallamos atrapados por emociones que sabemos que no nos benefician, pero que no sabemos cómo dominar? ¿Vives luchando contra la amargura, envidia, ansiedad, enojo, preocupación, orgullo o depresión? Descubre qué nos dice la Biblia respecto a la toxicidad de estas emociones y cómo ganar la batalla que se libra en nuestras mentes, tomados del poder del Espíritu Santo.
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Nos gustaría agradecer a "Un Minuto con Dios" por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.facebook.com/Dr.RolandoD.Aguirre