[Serie Todo lo que necesitas] Para quienes están sedientosMuestra

Agua viva

Jesús invitó a todos los que tienen sed para que vengan a él y beban. Jesús no es como un gotero o una gota de agua a punto de desaparecer. No es un trago ni un bocado, sino mucho más. Creer en Jesús no significa que recibas un respiro temporal por tu sed. De hecho, Jesús dijo que los que beben de su agua, ¡nunca vuelven a tener sed!

Jesús dijo que le daría agua a las personas que creen en él desde el manantial de la vida, que lo experimentarían como un manantial de agua que burbujea continuamente en sus corazones. También dijo que quien crea en él tendría ríos de agua viva fluyendo dentro de ellos.

Los manantiales y los ríos no están estancados. Fluyen desde sus cabeceras hacia el mar. Se zambullen sobre los acantilados, gorgotean a través de los bosques, esculpen canales en la roca más dura, serpentean sobre el campo, corren bajo los puentes, rugen a medida que ganan fuerza y ​​volumen, y finalmente llegan a la costa. Proporcionan hábitats para criaturas vivientes y brindan sustento y refrigerio a todos en su camino. La vida con Jesús trae abundancia y alegría.

¿Quieres esa transformación? Bebida de Jesús, quien es el agua viva. Creer en Cristo es la bebida refrescante del alma. No hay nada ni nadie más que pueda satisfacer el alma humana como él lo hace. La salvación no depende de la frecuencia con la que vayas a la iglesia o leas la Biblia. No significa que creas que Jesús es una buena persona. No significa que siempre hayas sabido de Jesús o que hayas crecido en un hogar cristiano. No significa que nunca lucharás con el pecado o que tu vida será perfecta. Aún tendrás que lidiar con tu agenda, tu familia siempre va a ser tu familia.

Pero Jesús es la bebida refrescante para el alma. Creer en Cristo significa descansar todo tu peso en él, tener confianza en que él es el que te salva. Significa que cuando la Navidad ya ha pasado y estés en lo más profundo del estrés de febrero, todavía sabes que la única manera de ser salvo, la única manera de caminar a través de las puertas perladas, es creer en Jesús. Él es el Pastor, el Maestro, el Rey de reyes, el Señor de los señores, el Agua viva que anhelamos.