[Serie 1 Juan] ¡Estuve allí!Muestra

Un encuentro real con Jesús

Juan, el apóstol, escribió una conmovedora carta inspirada por el Espíritu de Dios. Una de las primeras cosas que quería, era conectar a sus lectores con la verdad que Jesús era real. Que él realmente vivió, murió y resucitó, para que pudiéramos tener un encuentro real con él.

La jornada de Juan con Jesús fue física, pero nuestro viaje es a través de la fe. Pudiera parecer que el viaje de Juan fue más fácil, pero Jesús dijo a Juan y a los otros discípulos, «que aquellos quienes no vieron y que todavía creen son bendecidos y llenos de gozo». Jesús les dijo que, para su beneficio, Él se marcharía para poder enviar al Espíritu Santo a morar en sus corazones. Si has confiado en Cristo como tu Salvador, el Espíritu Santo vive dentro de ti.

Ir a la iglesia es grandioso, pero ¿has tenido un encuentro real con Jesús? ¿Realmente oras? ¿Hablas con él de las cosas ordinarias de la vida? «Jesús, estoy nervioso. Dios, te amo. Dios, estoy dolido. Dios, mi matrimonio parece tener dificultades. Señor, estoy muy tentado por la presión de mis compañeros. Jesús, te necesito tanto en esta hora».

¿Te encuentras viviendo una vida real con Jesús? ¿Realmente lees la Palabra de Dios? Cuando la leemos, en ocasiones no entendemos nada. Es un libro difícil a veces. Pero es de suma importancia invertir tiempo en él si quieres tener un verdadero encuentro con Jesús. Porque Jesús mismo es la Palabra de Dios. Es más afilada que cualquier espada de doble filo. Es capaz de perforar tu alma y tu espíritu. Está viva y activa. No vuelve vacía. Y siempre cumple lo que desea.

¿Tienes compañerismo real con Jesús? ¿Confías realmente en él? Cuando llegues al cielo, nadie te va a preguntar tu denominación, sobre el pastor o la iglesia a la que asistías. La pregunta será, «¿Tuviste un encuentro real con Jesús?»

Seguramente lo hiciste hace muchos años y se ha vuelto vetusto. O tal vez, has ido por tanto tiempo a la iglesia, o estás tan ocupado, que ya no tienes compañerismo real con Jesús. Seguramente necesitas tener un encuentro con él una vez más.

Si no has confiado en Cristo como tu Salvador, o si quieres renovar tu caminar con él, dile: «Señor, quiero que perdones mis pecados. Quiero un encuentro real contigo».