Misión del CristianoMuestra

Iban camino a Jerusalén donde Jesús moriría, así que los últimos que se encontraran con Jesús tendrían la última oportunidad de ver a Dios en la tierra.

Jesús pide a los discípulos que entren a una aldea de Samaria, no sabemos si es la misma a la que entró cuando se encontró con la mujer de samaria junto al pozo, por la reacción da la impresión de que no. Pero en esa aldea no quisieron recibir a Jesús; posiblemente dijeron: «Cómo están las cosas políticamente, y va para Jerusalén, mejor no nos meteremos en problemas». Pero el problema no es la reacción de los samaritanos, es la reacción de los discípulos.

Ellos han estado en varias lecciones sobre liderazgo, sobre cómo quiere Jesús que sea esparcido su mensaje y ellos siguen creyendo que están siguiendo a un rey terrenal, y por lo tanto tratan de luchar como los demás reinos de este mundo. La respuesta de Jesús es sorprendente: «Ustedes no saben lo que dicen», y ahí Jesús recalca su misión: «Él no vino a condenar el mundo, vino a salvarlo”», no vino a quitarle la vida a nadie, vino a dar vida.

Porque tantos cristianos hoy se atreven a juzgar y condenar a la gente de este mundo porque no actúa como creyentes. Ten cuidado, Jesús no nos mandó a condenar vidas, nos mandó a salvarlas. No juzgues a quienes te rodean solo porque no tienen tus mismos principios.