31 días de reajuste matrimonialMuestra

Nada puede causar estragos en tu matrimonio a menos que se le dé más pensamiento que oración y más atención que a Jesús.

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Muchas veces pareciera ser que la atención que ponemos en un problema termina convirtiéndolo en un problema mayor al que pensábamos que era. ¿Cuántas veces has estado tan preocupado o estresado acerca de algo, que simplemente termina saliendo bien? Lo sé, lo hago todo el tiempo. Me sobrecargo tanto por cómo vamos a pagar esto o aquello, o cómo vamos a lograr estar a tiempo en dos lugares distintos a la vez, y luego todo resulta bien. ¿Por qué las cosas terminan bien? Porque soy un hijo de Dios y mientras yo estaba desesperándome, Dios estaba arreglando las cosas. ¡Él tenía un plan para mi problema! Él tenía una respuesta para mi ansiedad. Como hijo de Dios, no tenemos razones para estresarnos o preocuparnos. Como hijos del Creador del tiempo mismo, podemos confiar en Sus tiempos. Como hijos del Rey de Reyes, preocuparse es una pérdida de tiempo. Estamos cubiertos. Somos sostenidos. Somos cuidados. Somos amados. Tenemos un Dios todopoderoso que quiere y está dispuesto a interceder por nosotros en cualquier circunstancia y resuelve todo para nuestro bien. Si hay algo en tu matrimonio que está succionando el gozo de tu vida, o si hay algo en tu matrimonio que ha puesto una barricada en tu esperanza, ¡declara verdad sobre eso ahora mismo en el nombre de Jesús! ¡Es sólo cuestión de tiempo! ¡Dios está contigo! ¡Él tiene un plan! ¡Él tiene un propósito! ¡Él es bueno! ¡Él es fiel! ¡Confía en Él!